El minuto 12, el número de la afición, es el elegido para pedir la dimisión de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid por una parte de la afición madridista que lleva varias jornadas mostrando su desacuerdo con el presidente. Llevan una camiseta, un gorro, una bufanda, una cazadora o un chubasquero amarillo (o cualquier otra prenda) para identificarse como parte del Movimiento Ámbar, una iniciativa promovida desde el Fondo Sur del Bernabéu que ya cuenta con más de 1.000 socios y se ha montado para denunciar la gestión “nefasta y mafiosa” desarrollada por el empresario madrileño en los últimos años al frente del club.
La rebelión comenzó el 17 de octubre, en el partido contra el Levante. Un grupo de socios se colocó el atuendo amarillo justo antes del minuto 12. Al llegar el momento fijado, todos ellos, al unísono, gritaron ¡Florentino, dimisión!. Decenas de socios, algunos de ellos compromisarios, sacaron su particular tarjeta amarilla al presidente del club. “La tarjeta amarilla es una amonestación, que siempre es previa a la expulsión. Y eso es lo que queremos nosotros, sacar a Florentino primero la tarjeta amarilla y después la roja”, afirma a Vozpópuli uno de los socios-líderes del Movimiento Ámbar.
La iniciativa, que arrancó de forma minoritaria en partidos anteriores al del Levante, tiene su propio lema en las redes sociales: “YoAlBernabeuVoyDeAmarillo#OtroRealMadridEsPosible”. Los socios promotores de la rebelión antiFlorentino se quejan no sólo de la mala gestión del presidente sino también de “estar hartos de que el club maltrate a sus aficionados” y de que se haya prohibido el escudo del equipo merengue entre laureles.
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