El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio al que se enfrenta en un juzgado de Barcelona por defraudar 230.591 euros a Hacienda en 2012, utilizando una sociedad administrada por él mismo para cobrar sus servicios profesionales. Rosell, para quien la Fiscalía pide una condena de dos años y nueve meses de cárcel, ha declinado contestar a las preguntas de las partes, incluidas las de su defensa, "por consejo de sus abogados", y se ha remitido a la declaración que prestó hace cuatro años en la instrucción del caso, cuando negó que tuviera voluntad de defraudar a Hacienda.
El ministerio público acusa de Rosell de un delito contra la Hacienda pública y pide que se le condene a pagar una multa de 300.000 euros y que se le prohíba obtener subvenciones o ayudas públicas, así como incentivos fiscales, durante tres años.
La Fiscalía aplica al expresidente del Barça la atenuante de reparación del daño, puesto que en junio de 2019 devolvió a Hacienda un total de 287.911 euros, correspondientes a la cuota defraudada más los intereses.
Rosell afrontará el próximo mes de octubre otro juicio por el fichaje de Neymar, una causa en la que la Fiscalía le pide cinco años de prisión por corrupción entre particulares y estafa por el fichaje irregular del futbolista brasileño por el FC Barcelona en 2013.
El expresidente del Barça permaneció más de dos años en prisión preventiva por orden de la Audiencia Nacional, acusado de blanquear comisiones de hasta 20 millones de euros recibidas por los derechos audiovisuales de 24 partidos de la selección brasileña de fútbol y de un contrato con Nike, caso del que fue absuelto en 2019.
El procesado, que se está planteando presentarse a las elecciones a la alcaldía de Barcelona, se querelló la semana pasada contra el excomisario José Manuel Villarejo para esclarecer si la causa que le mantuvo en prisión provisional casi dos años fue fruto de un montaje policial en el marco de la llamada Operación Cataluña.
Fernandoo
Si piensa que han ido contra el injustamente y tiene la tercera c de Alcaraz que le meta una querella por prevaricación al inspector que firma el acta de inspección. No hay ni la primera c, ni la segunda y mucho menos la tercera.