Fernando Alonso sabe que en los tres años que lleva en Ferrari él le ha dado al equipo mucho más de lo que ha recibido. Y es consciente de que esa misma percepción anida en los despachos de Maranello. Hasta ahora sólo había pedido un coche dominador o, al menos, competitivo frente a Red Bull y McLaren. No se lo han proporcionado y el español se ha dejado el alma en sacar el máximo rendimiento a los diferentes bólidos rojos que han pasado por sus manos. Pero ha llegado el momento de pedir algo que sí está al alcance de la ‘Scuderia’: pelear por el título ante la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Alonso ha visto una y otra vez las imágenes de Vettel adelantando a Vergne con bandera amarilla, algo prohibido por el reglamento, en el último y decisivo GP de Brsil y le gustaría que Ferrari presentara una reclamación que, de prosperar, desembocaría en una penalización de 20 segundos al alemán, cuya tercera corona mundial pasaría así automáticamente a ceñir la cabeza del piloto asturiano.
"La FIA no puede actuar de oficio -desveló Joaquín Verdegay, vicepresidente español del máximo organismo automovilístico, en 'ABC Punto Radio'-. El derecho de revisión sólo corresponde a las partes afectadas, en este caso a la escudería Ferrari, y lo tienen que hacer antes del 30 de noviembre. Si los más interesados no lo hacen, la FIA no lo hará. Todos los árbitros tienen derecho a equivocarse". De momento, este jueves el equipo italiano confirmó a través de Twitter que ha elevado la pertinente consulta al respecto: "Ferrari ha pedido, a través de una carta, una aclaración a la FIA respecto al adelantamiento de Vettel a Vergne en la vuelta cuatro del Gran Premio de Brasil".
Verdegay, vicepresidente de la FIA: "La FIA no puede actuar de oficio. Los hechos no están tan claros ni son tan evidentes. No se ve tan claro que el adelantamiento se produzca con banderas amarillas"
"Los hechos no están tan claros ni son tan evidentes. No se ve tan claro que el adelantamiento se produzca con banderas amarillas. Si los comisarios lo hubieran visto, habrían impuesto un 'drive through (paso por la zona de boxes), pero Vettel habría podido compensar apretando más (el incidente ocurrió en la vuelta 4 de las 71 totales). También me cuesta ver que el Toro Rosso se separe tanto cuando la carrera terminó con un coche de seguridad", agregó Verdegay.
El ovetense ha dejado que la maquinaria de su entorno –normalmente siempre más papista que el propio piloto- se ponga en marcha. Y presiona para que Ferrari ejerza un derecho para el que tiene de plazo hasta este viernes 30 de noviembre. El martes, en cuanto el escándalo del vídeo delator se extendió por el mundo, el propio Alonso echó gasolina al fuego con un Twitter cristalino: “No tengo milagros. Yo hago de las leyes correctas mis milagros. #Samurai”
Poco después, también en Twitter, Luis García Abad, representante y mano derecha inseparable de Alonso durante toda la temporada, remataba con una cita demoledora: “’Donde hay poca justicia es un peligro tener razón’. Francisco de Quevedo #frasesjusticia”.
Este miércoles la prensa española se hizo eco de la polémica y Antonio Lobato, periodista de Antena3 y amigo confeso de su paisano Fernando, encadenaba varios tuits con recado inequívoco a Ferrari: “Novedades en el caso del adelantamiento de Vettel con banderas amarillas... Después de investigar un poco descubro que, a diferencia del fútbol, la FIA permite en su Código Deportivo apelar y modificar un resultado... Ferrari tiene la palabra. Dispone hasta el día 30 para presentar una apelación. Si lo hace, los comisarios de la carrera se volverían a reunir... Estudiarían todos los datos y nuevo material y tomarían una decisión. En caso de tomar una decisión contraria a la original, la parte afectada podría también apelar la decisión... La pelota está ahora en el tejado de Ferrari. Ellos tienen que valorar las posibilidades de ganar la apelación y decidir si lo hacen o no”.
En Italia, en cambio, los medios de comunicación son más prudentes. El 'ferrarismo' es una religión en el país transalpino, pero recelan de la posible presentación de la reclamación porque lo ven como un acto que puede ser considerado como antideportivo y perjudicar a la imagen de marca de la escudería de Maranello.