Sergio Ramos y Florentino Pérez han llegado a una situación irreconcialiable. Así al menos se manifiestan ambos en su entorno más cercano. La tensión entre ambos tuvo su punto de inflexión en la cena que celebraron al regreso del futbolista de Bielorrusia, donde jugó con la selección española. El futbolista dedicó durísimos calificativos al presidente, se levantó de la mesa y se marchó notablemente enfadado por el trato que le ha dado el club al tema de su mejora de contrato en la renovación.
El jugador quiere diez millones netos por temporada, para ser el segundo mejor pagado de la plantilla, algo que cree que se ha ganado en el campo; mientras Pérez ha hecho una última oferta de 7,5 millones que no piensa subir. Al menos eso es lo que ha transmitido a René, hermano y agente del futbolista. La situación estalló esa noche y desde entonces el jugador ha jugado la baza de una posible salida como moneda de cambio de De Gea. El Manchester United ha hecho un sustancioso ofrecimiento al de Camas (55 millones en cinco años) y ha subido su oferta por el sevaillano hasta 60 millones. Cantidad independiente de la que se negocie como pago del Real Madrid por la libertad del portero, que tiene un año más de contrato.
Ramos está ejercitándose con el resto de la plantilla en Australia, pero su firme intención es no comenzar la temporada con el Real Madrid. Algo que Florentino ya se ha encargado de ratificar, en la despedida de Casillas, el otro señalado. "Los jugadores con contrato no saldrán del Real Madrid", afirmó el presidente. Una política que aplica para Ramos, pero que echa en cara al United que haga lo propio con De Gea.
Por su parte Ramos tiene una cosa clara. La prioridad es salir del Real Madrid esta temporada, aunque tiene contrato dos más. En caso de no salir, estudia negarse a un traspaso el próximo verano, que sería la última oportunidad del club para ingresar dinero por su salida. Así Florentino no ganaría dinero con su marcha, algo que le molestaría mucho. Y, sobre todo, le dejaría en una situación realmente ventajosa para el verano de 2017, en el que quedaría libre y podría negociar el cobro de una primera de fichaje al estar en disposición de salir gratis del Real Madrid. Así que el órdago de Ramos está en la mesa: o le traspasan este verano o el Real Madrid no ganará dinero con su salida. Toca mover ficha a Florentino.