El Sevilla agrandó su leyenda tras clasificarse en Florencia para la final de la Liga Europa, una competición hecha a la medida del conjunto español, que se verá las caras en Varsovia con el Dnipro, otro club que hizo historia tras eliminar al Nápoles y optar por primera vez a un trofeo internacional.
El actual campeón podrá intentar repetir título. Polonia será el país que acoja un encuentro en el que los hombres de Unai Emery no solo intentarán convertirse en los mejores por segundo año consecutivo, sino que intentarán ganar su cuarto trofeo para ser los únicos en el mundo en poseer ese número de copas de esta competición en sus vitrinas.
Hasta ahora, Juventus, Inter de Milán y Liverpool pueden presumir de haber ganado, como el Sevilla, tres torneos. Pero esa igualdad puede ser pasado si el próximo 27 de mayo el cuadro hispalense consigue ganar al Dnipro.
Antes de llegar a este punto tuvo que superar el trámite del choque de vuelta de las semifinales. Después de conseguir un 3-0 muy cómodo en la ida, el Fiorentina necesitaba un milagro para poder remontar una eliminatoria imposible.
Solo durante quince minutos, los pocos que funcionó el conjunto italiano, el Sevilla sufrió y pudo ver reducida la ventaja demasiado pronto para sus intereses.
Sin embargo, de nuevo apareció Sergio Rico para frenar los intentos rivales. Su parada a un cabezazo del argentino Gonzalo Rodríguez desesperó al Fiorentina, que, poco después, en el minuto 22, vio cómo el colombiano Carlos Bacca cerró la eliminatoria con el primer gol del equipo de Emery.
Después fue el portugués Daniel Carriço quien se encargó de dar la puntilla antes del descanso con un gol de pizarra que provocó que el resto del choque fuera un trámite a la espera de una final que puede dar la gloria al Sevilla.
En ella también estará el Dnipro, que no es el favorito, pero que puede dar la sorpresa si es capaz de repetir la hazaña que logró ante el Nápoles. Los ucranianos aprovecharon el 1-1 de la ida y de nuevo, otro tanto de Yevhen Seleznyov, sorprendió a un equipo que acabará la temporada solo con una Supercopa de Italia en sus vitrinas.
El Dnipro sujetó en todo momento al Nápoles de Rafael Benítez, que apenas contó con un par de ocasiones muy claras de Gonzalo Higuaín. El argentino, como en el primer partido, chocó con el portero Denys Boyko, una de las sensaciones de la competición y gran artífice, junto a Seleznyov, de la clasificación de su equipo para una final inédita. Varsovia ya espera al campeón.