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Los Washington Redskins, el nombre de la vergüenza que hasta Obama cambiaría

La franquicia capitalina de la liga de football americano mantiene su nombre desde 1937, pero cada vez son más los que piden que lo cambie. Redskin, piel roja en castellano, es un insulto racista en la cultura americana.

Es sabido que todos los equipos estadounidenses combinan el nombre de la ciudad con un apelativo comercial que sirve de reclamo y de emblema a la franquicia y del que, habitualmente, surgen casi todos los elementos de mercadotecnia. Los hay más o menos acertados, algunos incluso incongruentes con la ciudad que representan (no pocas veces por cambio de ubicación de la franquicia), pero rara vez son polémicos.

En esto hay una excepción: Los Washington Redskins. La franquicia capitalina de la liga de football americano mantiene inalterable su nombre desde 1937, pero cada vez son más los que piden, casi exigen, que el nombre pase a mejor vida. Redskin, piel roja en castellano, además del apodo del exitoso equipo, es un insulto racista en la cultura americana, un concepto que quizá en el momento de elección del nombre no fue tenido en cuenta pero que, hoy en día, suena inaceptable. En Estados Unidos, un país que ha sufrido la gran lacra del racismo, el nombre es polémico como lo sería un nombre que referenciase negativamente a los negros.

Las críticas vienen de lejos en el tiempo y el dueño de la franquicia, Dan Snyder, se ha negado siempre a considerar siquiera el cambio, pero la presión empieza a cambiar un poco la perspectiva. Peter King, uno de los más reconocidos cronistas de la liga y principal firma de 'Sports Illustrated' ha planteado la posibilidad de nunca señalar el nombre de la vergüenza. El defensor del lector del lector de ESPN pide a su empresa, la gran productora de contenidos deportivos en Estados Unidos, que se replantee la opción de prohibir el nombre. El presidente Obama ha declarado que si él fuese el dueño del equipo ya habría cambiado el nombre y diferentes asociaciones de nativos americanos han pedido que el apodo pase a la historia de la vergüenza del deporte estadounidense y se aparte de los cascos y las camisetas del equipo capitalino.

Snyder empieza a recular. Aunque se mantiene en sus trece, pues sabe que la mayoría de aficionados están en contra del cambio, ha empezado a tener conversaciones con asociaciones de nativos americanos para, al menos, plantear cambiar la mascota (un jefe indio). El nombre, por el momento, se queda, pero la presión hace pensar que en los próximos años se tendrán que plantear muy en serio si quieren seguir con un nombre insultante para una minoría. Se da la circunstancia que otro equipo de Washington ya cambió de nombre por una polémica. Los hoy conocidos como Wizards, de la NBA, fueron los bullets hasta 1995, pero el nombre se consideró demasiado violento, más aún en una ciudad con graves problemas de delincuencia.

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