"El trato era que nos amaramos hasta que desaparecieran los miedos, el trato era que nos acariciáramos hasta que nos limpiáramos el cielo. Maldito trato, que dura un rato", expresa Alejandro Sanz en una de sus canciones. Aunque el artista mantiene una relación con la cubana Rachel Valdés y tiene quien lo consuele en sus desilusiones, parece que su exmujer, Raquel Perera, no se lo va a poner fácil con el divorcio.
El cantante no pasa por un buen momento, tal y como dicen algunas de sus estrofas, y lo que comenzó hace uno año como una separación amistosa, ahora se convertido en una complicada ruptura con cruce de demandas incluido.
Raquel Perera, en pie de guerra
Parecía una separación de lo más tranquila, sobre todo por los dos hijos que tienen en común, Dylan y Alma, pero no tiene pinta que la historia vaya a terminar con un final feliz. Tras doce años juntos, la pareja ponía fin a su relación e incluso afirmaba que a pesar de todo se querían mucho y permanecerían unidos. Pero del dicho al hecho, hay mucho trecho.
"Somos una familia y siempre lo seremos. Nuestra unión está por encima de cualquier cosa... Es diversa y bella, como la vida y así seguirá. El mundo cambia, nosotros también, siempre amorosamente", expresaban hace un año. Durante estos meses, todos pensaban que acabarían bien, pero a principios de enero de este 2020, el cantante eliminaba todo rastro de su exmujer de sus empresas, donde ella había ocupado diversos cargos.
Mientras que ella quiere que sea la Corte de Miami la que gestione todo lo relacionado con la custodia, el reparto de los activos que hay en EEUU y la manutención de los niños, Alejandro pretende que sea en España donde se realice el proceso, ya que fue aquí donde se casaron y donde los acuerdos de separación son menos beneficiosos para la otra parte.
Así, el 15 de abril Alejandro presentó (para sorpresa de Raquel) en los juzgados de Pozuelo de Alarcón la demanda de divorcio sin previo aviso y sin volver a hablar del acuerdo que habrían cerrado verbalmente. Pero ella está dispuesta a luchar por lo que considera suyo y, según 'ABC', pide 40.000 euros de pensión, la cobertura de los gastos de los pequeños y la repartición equitativa de los bienes que adquirieron en su matrimonio.
El juicio, retrasado por la pandemia
Según consta en la demanda, Raquel denuncia que Alejandro le ha cancelado las tarjetas de crédito, no ha abonado las mensualidades escolares y quiere obligarla a abandonar la casa alquilada de Miami en la que crearon su 'humilde' hogar. En cambio, él ofrece bajar la manutención de 40.000 a 15.000 euros mensuales, pero solo la cantidad que cuesta casa donde vive ella con sus hijos asciende a 18.000 euros al mes.
Por ahora, un juez ha dado la orden de bloquear inmediatamente las cuentas estadounidenses de Alejandro. A excepción de una, para que ella pueda pagar los gastos familiares necesarios. En las próximas semanas, se llevará a cabo otra vista donde se decidirá cómo y dónde se tramitará este bélico divorcio. No sabemos cómo acabará la historia, pero estamos seguros de que ambos se han quedado con 'el corazón partío'.