Los más de 5 000 años de historia de Corea del Sur se perciben en cada una de sus ciudades y pueblos a través de un gran patrimonio cultural especialmente bien preservado. Antiguos palacios reales, santuarios, templos budistas milenarios y fortalezas conviven con la parte más moderna del país combinándose en completa armonía con nuevas construcciones y diseños más urbanos que nunca.
Un destino que conquista cada año y más visitantes y que este 2022 promete convertirse en uno de los más admirados.
Parada esencial: la capital
La capital de Corea del Sur, Seúl, sorprende por su magnitud pues cuenta con 10 millones de habitantes. Sin embargo, a pesar de sus dimensiones, se ha posicionado como uno de los países y de las capitales más seguras a las que viajar del mundo.
Y es dentro de esa inmensidad donde la tradición y la modernidad se transforman en los hilos conductores de la ciudad haciendo que los antiguos palacios del siglo XIV, los antiguos barrios de casas tradicionales y sus mercados convivan con los rascacielos y los centros comerciales más punteros en tecnología asiática.
Más allá de Seúl
Si la capital es atractiva, imagina el resto del país, porque Corea del Sur no es solo Seúl. De hecho, si se viaja hasta allí lo ideal es hacer una ruta por algunas de las principales ciudades del país, como Busan o Gyeongju, pero también por sus pueblos y aldeas.
Busan es la segunda ciudad del país y está a menos de tres horas en tren de Seúl. Es uno de los centros logísticos y marítimos más importantes de Asia, por la importancia estratégica que tiene su puerto. Además de sus playas de arenas blancas y aguas cristalinas, que la hacen especialmente atractiva para todos aquellos amantes del turismo de sol y playa.
Sin embargo, Gyeongju, que fue capital de corea durante más de 1000 años, es todo lo contrario. Es una de las ciudades en donde más cultura e historia se puede conocer del país porque durante ese tiempo la dinastía Shilla fue la que reinó en la península de Corea. Por la cantidad de monumentos históricos, muchos de ellos declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, a Gyeongju se la considera un auténtico museo al aire libre.
También merece una visita la pequeña ciudad de Andong, la capital espiritual de Corea del Sur. En el siglo XVI, Andong se transformó en un centro Confucionista, y de allí salieron numerosos estudiosos confucionistas. Muy cerca de allí se encuentra la aldea Hahoe, un pueblo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a que cuenta con un barrio aristocrático que pertenecía a la dinastía Jonseon donde hoy en día todavía se pueden ver sus casas de más de 600 años.
Un 'must': la gastronomía de Corea del Sur
Una de las formas de disfrutar Corea del Sur desde dentro es a través de su gastronomía. Un viejo refrán coreano dice que "la comida es medicina", de ahí que la mayor parte de sus platos sean saludables, ricos en verduras, pescados y fermentados.
De hecho, en Corea cuentan con una palabra para describir los platos que cuentan con beneficios para la salud: 'boyangsik'. Son platos que se consumen durante todo el año y se supone que recargan energías de cara a las estaciones más frías, otoño e invierno.
Entre estos platos destacan los de fideos como el 'chogye-guksu', elaborados a base de caldo, pollo, fideos y vinagre acompañado de verduras. Y el 'kong-guksu', elaborado con un caldo frío y sabroso con frijoles molidos, fideos, verduras y carne.