Javier Bardem, de 48 años, nunca quiere hablar de su vida privada, sólo lo ha hecho en contadas ocasiones pero siempre para medios internacionales. En esta ocasión ha concedido una entrevista para la revista ‘QC’ en su edición británica en la que acapara la portada con motivo de su última película 'Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar'. Además de hablar del filme también lo ha hecho de cuestiones más personales como contar qué es lo que le enamoró de Penélope.
El matrimonio se conoció en los años 90 y en 1992 estrenaron juntos una película dirigida por Bigas Luna, ‘Jamón, jamón’, en la que ya dejaron ver que su química traspasaba la pantalla. Sin embargo después tomaron caminos separados y tras estar ambos con diferentes parejas la llama volvió a encenderse durante la grabación de 'Vicky Cristina Barcelona', de Woody Allen.
Bardem admite que su esposa tiene la misma personalidad que su personaje María Elena y por eso llegó a preguntarse si la madrileña era la adecuada para él. “Oh, chico. Ella tienen es espíritu de lucha. Hay escenas en las que discutíamos y ella me lanzaba platos. Me pregunté: ¿Realmente quiero esto para mí? Ella tiene eso que yo llamo sangre amorosa. Pasión por todo”, ha señalado en la publicación.
Sin embargo, esa fuerte personalidad “hermosa y sexy” es lo que le hizo rendirse a los encantos de la madrileña. “Eso es lo que me parece atractivo. Hay quien es bello y hay quien es sexy. Penélope tiene ambas cosas”.
Dos años después del rodaje de la cinta de Woody Allen, Javier y Penélope contrajeron matrimonio en secreto en las Bahamas, en julio de 2010, y desde entonces no se han separado. Fruto de esta unión nacieron sus hijos Leonardo y Luna, de seis y cuatro años, respectivamente.
En la entrevista de 'GQ', Bardem también desvela que odia la violencia desde que tuvo una mala pelea cuando era más joven que tuvo como consecuencia la rotura de su tabique nasal. "A partir de ese momento no pude soportar la violencia", señala.
Sin embargo, ante la pregunta de cómo interpreta con tanto éxito los papeles de villano, el actor hace referencia al rodaje de 'No es país para viejos', una cinta cargada de crueldad, y contesta: “Deberías haberme visto fuera de cámara, haciendo a Anton en esa película... Cuando la cámara dejaba de rodar le rogaba a los hermanos Coen que me quitasen de la cara aquella pistola. Los amo, son genios. Pero fue duro. Y nunca les perdonaré ese maldito corte de pelo”.
Una publicación compartida de British GQ (@britishgq) el 28 de Abr de 2017 a la(s) 3:53 PDT