Habrá en España pocas personas (que me perdonen mujeres de la aristocracia y grandes anticuarios) con un joyero tan impresionante, y con tanta historia, como el que atesora la Casa Real Española.
Yo diría que es una colección de alhajas más que digna. Vale, sí, de acuerdo. Ya sé que comparado con el de Gran Bretaña, el nuestro parece de Bijou Brigitte, pero en el ámbito europeo, la Monarquía española juega en primera división, como La Roja.
Ponerse un collar de la Reina Victoria Eugenia debe ser lo más parecido a tener una Experencia Religiosa que cantaba, allá por los 90 Enrique Iglesias. O llevar un aderezo (no penséis en las ensaladas) de esmeraldas cuajaditas de brillantes, puede ser un éxtasis. Sin embargo, y pese a lo que decía Marilyn Monroe (que de tonta no tenía ni uno de sus miles de pelos rubios platino), de que los diamantes son los mejores amigos de las mujeres, hay una Reina que prefiere tirar de baratijas antes que lucir magníficas gemas y perlas en sus orejas. Esa Reina no es otra que nuestra querida Leti.
Letizia es tan del pueblo, tan de su época, que pasa olímpicamente de echar mano del joyero real (debe ser que huele a cerrado). Ella prefiere tirar de bisutería como si perteneciera a la working class.
En los últimos tiempos, Letizia ha estrenado un sinfín de pendientes que en muchos casos no sobrepasaban los 15 euros. Vamos que Letizia, también es la Reina, no solo de la moda low cost, sino de los pendientes low cost.
No entiendo este afán de la Reina por adornar sus reales orejas cual árbol de Navidad. Exageradísimos me parecieron estos pendientes blancos. Igual de exagerados y algo inapropiados me parecieron estos otros que combinó con un vestido de 1.000 euros. Algo más monos y más apropiados con el estilismo que llevaba eran los de Zara que se puso en el aniversario del periódico El Economista. Pero pocos han dado tanto que hablar como la bisutería de Zara de 12 euros que se puso para recibir a la ex Reina de Holanda.
Me choca que Letizia, en muchos de los ejemplos que os cito, se ponga esta bisutería con outfits de grandes marcas. No por el hecho de que me parezca mal que mezcle alta costura con low cost, sino porque muchos de sus vestidos hubieran sido la pera limonera si se hubiese puesto unos ‘perlones’ o unos ‘diamantones’ que le iluminaran la cara y que realzaran sus atuendos. Un claro ejemplo de esto que os comento es su maravilloso vestido de Cortana que combinó con unos escuchimizados pendientes largos. ¿No creéis que debería haber elegido otros?
En fin, nuestra Reina, una monarca muy austera a la hora de lucir joyas, prefiere hacerse notar con bisutería de adolescentes que con piezas históricas. Una pena.