Yolanda Díaz y el Papa Francisco ya se han reunido en el Vaticano, tan solo 48 horas después de que se anunciara esta cita. El encuentro ha durado 40 minutos y la ministra de Trabajo ha aprovechado para 'sacar pecho' por la gestión del gobierno durante la gestión del coronavirus. Entre otros asuntos, han conversado sobre las políticas de empleo del Gobierno de España, así como de distintas recetas económicas para enfrentarse a la crisis económica provocada por el coronavirus.
En este tipo de encuentros la vestimenta es un punto fundamental. Marca la diferencia entre la elegancia y lo vulgar. Para esta cita, la ministra ha apostado por un traje dos piezas entallado con una camisa lazada al cuello, que realzaba su figura. Como dicta el protocolo del Vaticano, ha vestido con colores sobrios (su traje era negro), aunque ha arriesgado rompiéndolo con la camisa de color blanco, ya que este color está reservado únicamente a las reinas católicas o a las consortes de los monarcas católicos.
El maquillaje también ha ido acorde a lo establecido: colores suaves, evitando así los signos de fastuosidad. Lo único llamativo, aunque sin pasarse de indecente, era el tono de la barra de labios, de rosa palo. Por otro lado, para el cabello, ha apostado por un elegante recogido de media trenza que aumentaba la elegancia del conjunto.
Evolución de estilo de Yolanda Díaz
La ropa y los estilismos de Yolanda Díaz se han convertido en parte de su identidad política. De hecho, se ha convertido en una de las mujeres más elegantes que hay ahora en el Gobierno. La gallega suele ir siempre muy acertada tanto con su vestimenta -con looks muy cuidados y favorecedores- como con sus peinados -ya sean con ondas o recogidos bien hechos-.
Una imagen que también dista mucha de la de sus comienzos en política. Fue en el año 2020, después de ser nombrada ministra de Trabajo y Economía Social, cuando se produce ese cambio. Yolanda comienza a comprender entonces la importancia de cuidar su físico y apariencia, que es también una buena carta de presentación.