El inmueble se había librado hasta ahora del embargo gracias a una estrategia desvelada por la reciente causa abierta. Esta finca mallorquina fue el lugar escogido por el exbanquero para pasar los veranos y fue el lugar escogido para pasar sus primeros días de libertad condicional tras abandonar la prisión de Alcalá Meco en agosto de 1999, después de 17 meses encarcelado.
Un juzgado de primera instancia de Palma avaló la posibilidad de que la finca Can Poleta saliera a subasta pública y ahora es la Audiencia Nacional la que ha ratificado la decisión de la titular del juzgado de Primera Instancia nº 18 de Palma, María del Pilar Caballero, que rechazó un recurso de la sociedad con sede en Luxemburgo GI Beteiligung, presunta propietaria de la finca.
La jueza concluyó que la finca es propiedad del entorno de Conde. La sociedad GI Beteiligung adquirió Can Poleta en 2002, sociedad sociedad controlada por el propio Conde y el que fuera su colaborador en Banesto, Arturo Romaní, el exbanquero; a través de la cual habría repatriado a España 393.000 euros, de los 13,06 millones que está acusado de blanquear, delito por el que permaneció en prisión algo más de 10 años.
Una vez confirmada la decisión del juzgado de Palma, y una vez que el Boletín Oficial del Estado (BOE) lo publique, lo que previsiblemente ocurrirá en los próximos días, la finca aparecerá en el portal de subasta judiciales del Ministerio de Justicia.
El exbanquero Mario Conde se encuentra en la prisión de Soto del Real desde hace dos meses tras ser acusado de blanquear más de 13 millones de euros procedentes de Banesto aunque le concedieron salir de la cárcel el día de la comunión de uno de sus nietos, hijo de Alejandra, que está en arresto domiciliario.
Tan sólo dos meses antes, Mario Conde había firmado su divorcio con María Pérez Ugena, dando por finalizada relación de seis años. Según se publicó, las actividades ilícitas de Conde y sus múltiples infidelidades habían sido los motivos de esta ruptura matrimonial que se llevó prácticamente en secreto.