El otoño es una de las mejores épocas para disfrutar de las escapadas rurales por el territorio español, más aún si se trata de rutas enoturísticas. Ya desde mediados de septiembre las bodegas revisan con mimo y cuidado cada una de sus viñas programando el mejor día para la recogida de sus uvas y la puesta en marcha de la temporada de vendimia.
La Rioja, toda la región que recoge la Ribera del Duero, la que recorre las bodegas de la zona de Jerez, entre los verdes senderos de Galicia o entre los bellísimos pueblos manchegos. Hay decenas de opciones para recorrer las zonas vitivinícolas españolas pero, qué mejor forma de hacerlo que en autocaravana y tener la oportunidad de vivir esta experiencia con la casa a cuestas para adentrarse de lleno en la naturaleza.
La Rioja, bodega a bodega
Una de las principales regiones vitivinícolas españolas es Rioja, además de una de las áreas más reconocidas internacionalmente en todo lo que se refiere al mundo del vino, desde el reconocimiento de sus caldos hasta la arquitectura de los lugares que les acogen. Y es que esta ruta enoturística está salpicada de espectaculares bodegas en pueblos con mucho encanto que merecen una parada obligatoria en el recorrido con la autocaravana.
Arnedillo merece un día para recorrerlo y para visitar su castillo medieval y bañarse en sus termas al aire libre o disfrutar de su balneario. Tampoco deja de sorprender la ruta de las Icnitas de Las Hoyas, esa que sigue las huellas que dejaron los dinosaurios a su paso por estas tierras hace miles de años, ni el pueblo amurallado de San Vicente de la Sonsierra.
Ribera del Duero desde su nacimiento
Otra de las rutas enoturísticas por excelencia de la península es la llamada “Milla de Oro” de la Ribera del Duero. Se trata de una franja de 115 kilómetros, que recorren la cuenca del río Duero, en los que se ubican algunas de las bodegas más conocidas de la zona como Pago de Carraovejas, Arzuaga o Abadía Retuerta.
La ruta ideal es la que comienza en Soria, donde nace este río y donde se puede además disfrutar de una maravillosa naturaleza y pueblos con mucho encanto, y llega hasta Valladolid. Entre las visitas indispensables está Peñafiel y su castillo reconvertido a Museo del Vino, el entramado de bodegas subterráneas de Aranda de Duero y el sorprendente recorrido por el Conjunto Histórico-Artístico de San Esteban de Gormaz.
La solera de Jerez
Una de las grandes joyas culturales y enológicas que tenemos en nuestro país, y que es única en el mundo, son los vinos de jerez. Vinos que se elaboran con tres tipos de uva, Pedro Ximénez, Palomino y Moscatel, y que dan lugar a caldos especialmente singulares gracias a su proceso de secado y solera.
Visitar esta ruta enoturística consiste, además de en visitar los bellísimos pueblos de alrededor como El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Chipiona o Jerez de la Frontera, en visitar algunas de sus bodegas más reconocidas como Bodegas Tradición, Osborne o González Byass.
Entre los molinos de La Mancha
Castilla La Mancha tiene una curiosidad y es que en su terreno se encuentra una de las mayores regiones vitivinícolas del mundo con más de 700.000 hectáreas dedicadas al cultivo de viñedo. De hecho, esta zona cuenta con el 8% de espacio mundial dedicado al cultivo de la vid. Además, esta zona es perfecta para los amantes de los recorridos en autocaravana porque en muchos de los pueblos de la zona como Villarobledo, Consuegra o Belmonte tienen lugares habilitados para dejarlas y lanzarse a recorrerlos a pie.
La juventud de la región gallega
En el área gallega se producen los vinos más jóvenes de todas las Denominaciones de Origen españolas. Unos vinos frescos y extremadamente aromáticos que merecen la pena viajar hasta allí y recorrer la zona de primera mano. Además, por su espectacular paisaje es una región especialmente interesante para hacer un road trip en una de las autocaravana como las que propone Yescapa, líder en autocaravanas y camper, desde las que disfrutar viendo el atardecer en medio de sus verdes montañas y amaneciendo con la vista puesta en el mar.
Los cañones y la exuberante vegetación de la Ribeira Sacra es una de las primeras paradas de una ruta enorutísitca. Para seguir recorriendo los senderos a pie de mar que acogen las Rías Baixas o la belleza de los castros celtas y la arquitectura románica que se esconde en la zona de Ribeiro.