Sara Carbonero e Iker Casillas intentan, poco a poco, regresar a la normalidad tras los sustos en temas de salud que han tenido que vivir en las últimas semanas. Él tuvo que ser intervenido de urgencia de un infarto de miocardio y ella fue operada de un tumor en el ovario.
La pareja, que se ha instalado en Madrid con sus dos hijos, intenta distraerse y pasar el tiempo libre con sus más allegados. Por eso el pasado fin de semana estuvieron en Navalacruz, el pueblo de Iker Casillas, donde coincidieron con los padres de él.
La relación de Iker con sus progenitores ya es buena, en cambio Sara sigue sin reconciliarse con su padre. Una mala relación que ha salido a relucir ahora que el portero ya ha calmado las aguas con su familia.
La mala relación de Sara Carbonero con su padre
Iker se distanció de sus padres después de reclamar el control total de su patrimonio, pero parece que todo está ya olvidado. Sara, en cambio, sigue sin acercarse a su padre. La periodista no olvida el escándalo que estalló en 2012 y que salpicó a toda su familia.
El padre de la presentadora, Carlos Carbonero García, fue condenado a dos años de privación de libertad por un delito continuado de estafa. Además, fue obligado a pagar una multa de 2.880 euros y devolver casi un millón a los clientes, familiares y amigos con los que había hecho negocios. La mayoría de las víctimas eran pequeños ahorradores.
Un escándalo que Sara no olvida
Este escándalo afectó mucho a Sara y a sus allegados. Desde entonces, la periodista prefiere poner tierra de por medio con su padre. De hecho, no hay constancia de que Carlos se haya pasado por el hospital estos días ni haya ido a visitar a su hija.
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