'Sevilla tiene un color especial', esa es la frase que reza una de las canciones más conocidas de Los del Río, y no les falta razón. Su luz, su historia, su gente, sus barrios y su olor a azahar hacen inolvidable un paseo por sus calles. Dividida en dos por el río Guadalquivir, la capital de Andalucía es perfecta para disfrutar de un fin de semana de escapada.
Pasear por sus barrios más conocidos -como Triana o Santa Cruz-, visitar su bellísima Catedral y subir a la torre campanario y antiguo almenar de la Giralda, la Torre del Oro o descubrir la historia del Alcázar de primera mano, son solo algunos de los planes que están en la lista de cualquier turista que visite Sevilla. Sin embargo, la ciudad ofrece mucho más a los visitantes, por eso os desglosamos algunas direcciones que no hay que perderse en una de las ciudades más bonitas del mundo.
La plaza más bonita de Sevilla
Una vez se han visitado los iconos más conocidos de la ciudad de Sevilla, queda todavía una ruta amplia para seguir descubriendo este lugar. Aunque es de sobra conocida por su belleza y por los más de 50.000 metros cuadrados con los que cuenta, no todo el mundo sabe que la Plaza de España de Sevilla fue obra de la Exposición Iberoamericana del año 1929. Sus bancos de azulejos representan cada una de las provincias de España y en el centro se encuentra un gran edificio central flanqueado por dos torres de estilo barroco y un canal de 500 metros que permite a los visitantes dar un paseo en barca por su interior.
Mezcla de arquitecturas
Una de las paradas obligadas es la Casa de Pilatos, un precioso palacio que antiguamente era la residencia de los Duques de Medinaceli. Su estilo arquitectónico es de lo más peculiar y uno de los motivos por los que acercarse a visitarlo pues combina el estilo renacentista italiano con el mudéjar español, además de los patios de estilo andaluz con los que cuenta en su interior. En un paseo por sus habitáculos se puede disfrutar de numerosas obras de arte, como pinturas, esculturas o tapices.
De retiro artístico
Situada en medio del río Guadalquivir, la Isla de la Cartuja es un lugar mágico y lleno de historia en la ciudad de Sevilla por haber sido testigo y protagonista de importantes acontecimientos desde la época romana hasta la actualidad. En la actualidad este lugar es un importante centro cultural y turístico de la ciudad, además de ser especialmente conocido por acoger en su interior el parque temático Isla Mágica.
Uno de sus tesoros patrimoniales es el monasterio que lleva su nombre, el Monasterio de la Cartuja, habitado desde la Edad Media y en funcionamiento hasta el siglo XIX, que a día de hoy es el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Allí se pueden disfrutar de exposiciones temporales, además de una colección permanente que vale la pena visitar seas o no amante del arte. La isla también alberga dos importantes instalaciones deportivas, el Estadio Olímpico de Sevilla y el Centro de Alto Rendimiento de Remo.
De ruta artística
Siguiendo con el arte, los amantes de las pinacotecas no se cansarán de patear Sevilla en busca de grandes obras. Considerada la segunda pinacoteca más importante de España, solo por detrás del Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Sevilla este es otro de los lugares de obligatoria visita en la ciudad. Ubicado frente al edificio del antiguo Convento de la Merced Calzada, el visitante encontrará en su interior obras de grandes maestros como Goya y El Greco, además de una importante colección de Murillo.