La necesidad de ahorrar para tener una buena jubilación empieza a calar entre los ciudadanos. Es cierto que España tiene un buen sistema de pensiones y que las últimas reformas han asegurado su supervivencia en el futuro, pero a costa de unas medidas que ajustarán sobre todo el valor de la pensión y que obligará a los ciudadanos a complementar sus prestaciones si quieren asegurarse un retiro digno.
Según cálculos de BBVA y teniendo en cuenta los sueldos españoles, la mayor parte de los trabajadores tendrá que ahorrar entre 43.000 y 73.000 euros para mantener su nivel de vida actual cuando se jubile. No es una cantidad pequeña, conviene empezar a ahorrar cuanto antes y elegir bien los instrumentos de ahorro para maximizar el beneficio.
A pesar de que el debate sobre la suficiencia de las pensiones ha bajado a la calle, no todos los ciudadanos conocen las posibilidades que ofrece el mercado para mejorar exponencialmente su ahorro de cara a la jubilación. En Vozpopuli, repasamos las principales características de cuatro instrumentos que pueden ser muy útiles si estamos pensando en invertir en algún producto:
- Planes de pensiones. Es el producto de ahorro por excelencia para la jubilación. Son instrumentos financieros a los que se hacen aportaciones puntuales o periódicas, pero solo hasta 8.000 euros cada año. ¿Su principal atractivo? Que todas las aportaciones que se van haciendo se pueden desgravar en la declaración de la renta. Por ejemplo, una persona que cobre unos 30.000 euros al año se ahorra aproximadamente un 24% de lo que aporta cada año a su plan de pensiones. Pero cuidado, suena bien, pero puede suponer un susto a la hora de rescatar el plan de pensiones. Y es que el principal inconveniente de este tipo de instrumentos es que cuando se necesita el dinero que se ha ido ahorrando, hay que tributar igual que se tributa con los salarios. No se diferencia lo que ha aportado el trabajador cada año de la rentabilidad que ha ido consiguiendo. Por ejemplo, si se rescatan 100.000 euros de golpe, puede que Hacienda se quede casi con la mitad. De hecho, una de las demandas más tradicionales del sector privado es que se mejore la fiscalidad de estos productos.
- PIAS. Son Planes Individuales de Ahorro Sistemático. Son productos que se constituyen como un seguro de vida. Las aportaciones no pueden superar tampoco los 8.000 euros al año ni los 240.000 euros en total y no se pueden desgravar en la declaración de la renta. Eso sí, su fiscalidad es más atractiva, puesto que los ciudadanos que contratan este tipo de planes y los rescaten como renta vitalicia solo tendrán que tributar por las ganancias y no por el dinero aportado. Y además, tributan como rentas de capital y no del trabajo, lo que hace que el tipo a pagar, como máximo, sea del 23%.
- SIALP y CIALP. Más conocidos como Planes de Ahorro 5. La diferencia entre uno y otro es que el SIALP lo comercializa una aseguradora y el CIALP una entidad financiera. Son los instrumentos de ahorro a largo plazo que fomentó el Gobierno en la última reforma fiscal. Se materializan en seguros de vida o cuentas individuales de ahorro que tienen que durar al menos cinco años, de ahí el nombre. En este caso, las aportaciones no pueden superar los 5.000 euros al año y los 25.000 euros durante esos cinco años. Si se cumplen estas condiciones, los intereses generados están exentos de tributación.
- Unit linked. Son seguros de ahorro vinculados a activos en los que el riesgo de la inversión recae en el ahorrador. Funcionan de forma muy similar a los PIAS y también tributan solo por los rendimientos de las inversiones y a un tipo máximo del 23%. La diferencia está en que no tienen límites de aportación.
En cualquier caso, es difícil decir qué producto es mejor para ahorrar para la jubilación. Cada persona tiene que valorar cuidadosamente la información y decidir qué instrumento se ajusta más a sus necesidades. Desde OVB, consultoría especializada en finanzas personales, Patricia Arcos aconseja consultar con un especialista independiente para que nos ayude a ver cuál es la mejor opción según el perfil y los objetivos que se persiguen.