Economía

¿Por qué los operadores dan gratis el 5G pese a haber invertido miles de millones?

La factura que abonan en infraestructuras las grandes compañías de telecomunicaciones españolas es de 5.000 millones de euros al año

  • Dos jóvenes mirando sus teléfonos móviles.

La red 5G avanza por la piel de toro de forma inexorable dejando tras de sí un reguero millonario en inversiones que, de momento, las compañías de telecomunicaciones no van a rentabilizar. Con el 82% de los móviles del país con el icono 5G en sus pantallas -y el 4G prácticamente en el 100%- hay a quien le sorprende que esta nueva red inalámbrica, con velocidades de descarga inéditas hasta la fecha (100 Gbps) no tenga un sobrecoste para el usuario final.

Lo cierto es que, más allá de las últimas subidas generales ejecutadas por las telecos españolas, no se ha establecido un plus económico específico por el 5G. Los operadores lo ofrecen por defecto sin coste alguno.

¿Por qué lo hacen de forma gratuita? Dicen que nadie da duros a pesetas, pero los operadores están prácticamente obligados a brindar esta nueva tecnología a coste cero. Uno de los motivos principales estriba en que las compañías telefónicas tienen, sí o sí, que activar la red 5G para lo que será el verdadero negocio: las empresas.

El coche autónomo o la telemedicina son solo dos de los ejemplos a través de los cuales los grandes operadores rentabilizarán los en torno a 5.000 millones que solo en España invierten en red, según estimaciones del sector.

La realidad es dura: hoy en día no hay negocio alrededor del 5G, ni servicios que justifiquen la diferencia entre tener 4G o 5G para el usuario final. El streaming de vídeo, la escucha de música o la navegación por internet, utilidades muy comunes entre el público, funcionan igual sobre ambas redes.

Al final no llamamos a través de hologramas, sino mediante la voz, o a través de videollamadas. Hacemos lo mismo con el 5G que con el 4G. Otra cosa será lo que suceda cuando se comiencen a lanzar servicios que puedan justificar el pago adicional por una mayor velocidad de red como la que otorga este nuevo estándar inalámbrico"

No tiene sentido, por tanto, que haya un sobrecoste para el usuario si no va a notar ninguna diferencia. Se haría muy complicado explicar un pago adicional cuando va a hacer lo mismo con la red que se encuentra inmediatamente por debajo del 5G.

"Al final no nos comunicamos a través de hologramas, sino mediante la voz, o a través de videollamadas. Hacemos lo mismo con el 5G que con el 4G. Otra cosa será lo que suceda cuando se comiencen a lanzar servicios que puedan justificar el pago adicional por una mayor velocidad de red como la que otorga este nuevo estándar inalámbrico", explican desde los operadores de telecomunicaciones.

Otras fuentes del sector consultadas por este diario explican que una vez que un operador comienza a ofrecer el 5G de forma gratuita, el resto está obligado a hacer lo propio si se quiere mantener la competitividad y no perder clientes. Es un círculo vicioso del que todos se contagian, y que ya ha pasado con el 2G, el 3G y el 4G.

Por otra parte, el 5G que ofrecen ahora mismo las telecos depende del 4G, no se encuentra a pleno rendimiento ni está completamente maduro. Es el conocido protocolo NSA (Non Stand Alone), que en unos años dará paso al estándar SA (Stand Alone), que ya no necesitará del las redes 4G para operar. Nada justifica que se pague por este nuevo estándar, al menos por el momento.

Inversión en espectro 5G

A las inversiones de los operadores en antenas y fibra hay que sumar el pago por espectro radioeléctrico que se ejecuta a través de las subastas gubernamentales, y que básicamente supone para las grandes telecos tener un espacio o unas 'autopistas' en el aire por donde llevar las comunicaciones inalámbricas.

En total, los operadores han destinado unos 1.500 millones de euros en las distintas licitaciones para las frecuencias que permitirán ofrecer 5G a pleno rendimiento. Si hablamos de compañías, Vodafone ha gastado más de 550 millones de euros, por los 531 millones de Orange y los 458 millones que se ha dejado Telefónica.

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