Los retrocesos protagonizados por los títulos de AENA en las últimas semanas han provocado una rápida reacción por parte del fondo TCI, el segundo accionista del gestor aeroportuario tras el Estado. Durante la pasada semana, en la que la compañía perdió más de un 5% en Bolsa, la entidad volvió a vender acciones, algo que no sucedía desde mediados del pasado mes de mayo, cuando colocó entre inversores institucionales un 2,7% del capital de AENA.
En sus primeros movimientos, el fondo creado y presidido por Chistopher Hohn, que actúa como representante en el consejo de administración de AENA, se ha deshecho de unas 40.000 acciones de la compañía, valoradas en algo más de seis millones de euros a su precio de venta, que se ha situado por encima de los 151 euros por acción. En el mercado no se descarta que TCI prosiga deshaciendo su participación en la compañía que ahora preside Maurici Lucena durante las próximas semanas, como ya hizo a finales del pasado mes de marzo, cuando vendió, en varias y continuadas operaciones, aproximadamente un 0,5% del capital.
Precisamente, este movimiento fue previo a la referida colocación acelerada, que TCI efectuó a un precio de 174,12 euros por título, próximo a los máximos históricos del valor. Al realizar aquella operación, el fondo se comprometió a no volver a deshacerse de acciones de AENA en un periodo de tres meses, que finalizó a mediados del pasado agosto.
De esta forma, apenas 15 días después de que finalizara el compromiso de permanencia, TCI ha vuelto a colocar en el mercado papel de AENA, aunque ahora no ha podido ser a precios tan elevados toda vez que la compañía ha padecido un notable castigo en Bolsa precisamente a raíz de aquella operación. Desde entonces, sus acciones han perdido en torno a un 18% en el parqué, un retroceso que dobla el protagonizado por el Ibex-35, el índice selectivo del mercado español del que forma parte AENA, en este mismo periodo.
Más incertidumbre
No obstante, TCI sigue embolsándose jugosas plusvalías en las operaciones de venta, toda vez que su presencia en el capital de AENA data de la salida a Bolsa de la compañía, que tuvo lugar a mediados de febrero de 2015, a un precio de 58 euros por título.
Durante estos meses, la compañía ha sufrido un duro castigo de los inversores, factor que los expertos achacan a la incertidumbre generada por el cambio de Gobierno en España (consecuencia del triunfo de la moción de censura promovida por el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez), que ha provocado cambios en la cúpula de la empresa y un considerable retraso en la presentación de los detalles del plan estratégico a cuatro años aprobado por el consejo de administración de la compañía en una de sus últimas reuniones bajo la presidencia de Jaime García-Legaz.
En la última semana, los descensos de AENA fueron achacados al inicio de cobertura del valor por parte de Morgan Stanley con una recomendación de infraponderar. No obstante, desde que comenzó el año se han repetido las rebajas en la recomendación sobre el valor por parte de las casas de análisis que lo cubren.
Los analistas han alertado sobre el riesgo que supone para la empresa el hecho de que las cifras de pasajeros estén ya alcanzando sus máximos, sumado a los síntomas de recuperación que han experimentado mercados turísticos competidores con el español y cuya caída en los últimos años ha sido aprovechada para marcar registros nunca visto que podrían pasar a ser historia en los próximos ejercicios.
En este clima de incertidumbre, las nuevas ventas de acciones por parte de TCI, que aún mantiene algo más del 8% del capital de AENA, complican el panorama de la compañía cuyo proceso de privatización con salida a Bolsa recordó, por sus elevadas rentabilidades, aquéllos de Endesa y Telefónica de finales de la pasada década.