Economía

El nuevo aeropuerto berlinés se encuentra al borde de la quiebra

Esta obra faraónica, que ya dura 21 años, se enfrenta a problemas de financiación. La sociedad creada por Berlín, Brandenburgo y el Gobierno federal para su construcción sólo tiene dinero hasta final de año pero la apertura se retrasará al menos hasta mediados de marzo.

Lejos de solucionarse, los problemas del aeropuerto de Berlín-Brandenburgo siguen acumulándose. Por si más de veinte años de obras no fueran suficiente, a la sociedad que construye el aeródromo, FBB (Flughafengesellschaft Berlin Brandenburg), formada por Berlín, el estado de Brandenburgo y el Gobierno federal alemán, se le está acabando la financiación.

La prensa germana ha calificado el proyecto del Willy Brandt – nombre con que se ha bautizado – como una "debacle" y habla de "caos" en este "proyecto mastodóntico". Y no es para menos. Según lo previsto y después de muchos cambios, el aeropuerto debería empezar a operar el 17 de marzo de 2013. En los últimos días han corrido por los medios alemanes rumores de que no podrá abrir en la fecha prevista, augurando un más que probable nuevo retraso.

Amenaza de insolvencia

Al problema que ya supone un aplazamiento más se unen las dificultades de financiación que acechan a la FBB. Según publicaba esta semana Die Welt, el dinero se agota y la sociedad no puede contraer más deudas. "Como muy tarde a final de año no habrá más dinero en la caja", contaba el experto en presupuestos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Brandenburgo al rotativo. Además, algunos bancos han denegado nuevos créditos.

En previsión, el estado de Brandenburgo ha incluido en los presupuestos de 2013-2014 una partida de 435 millones de euros para los imprevistos que puedan surgir. Es posible que esta cantidad no sea suficiente, ya que se estima que la cancelación de la apertura de junio de este año ha costado 1.200 millones de euros.

Ante la amenaza de quiebra, el eurodiputado de la CDU Christian Ehler recomienda acudir a la Unión Europea o a la privatización para evitar la insolvencia. "Antes de que el aeropuerto sea insolvente, la Unión Europea concederá ayuda", dijo Ehler en declaraciones a Die Welt, pero "sólo bajo grandes dificultades".

Ehler deja caer la idea de que el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, y el presidente del estado de Brandenburgo, Matthias Platzeck, ambos del Partido Socialdemocráta (SPD), acudan personalmente a Bruselas para hacer esta petición. "Sería un suicidio político no estar presente", explica Eher, si bien sólo el Gobierno federal puede formalizar la petición de ayuda a la Unión Europea.

Air Berlin, la gran perjudicada

En esta historia hay otro personaje más que corre peligro si el aeropuerto no abre en la fecha prevista: Air Berlin. La aerolínea pretende hacer del Willy Brandt su gran centro de operaciones y, de paso, ahorrar costes respecto a Tegel, aeropuerto en el que actualmente opera. El éxito o fracaso de esta infraestructura puede ser decisivo para el futuro de la compañía, que ha visto en las conexiones a través de Berlín-Brandenburgo una oportunidad para crecer.

En su actual ubicación, según Der Spiegel, Air Berlin pierde cada día clientes y tiene que financiar el coste de las infraestructuras ya instaladas. A esto se suman los cinco millones que, según el semanario, pierde por cada mes que se retrasa la apertura del aeródromo.

Air Berlin presentó el miércoles sus resultados semestrales, nada optimistas. El veterano CEO de la compañía, Helmut Medhorn, expresó entonces sus esperanzas en este aeropuerto. "Espero que en verano estemos en el nuevo aeropuerto berlinés". Según los datos, Air Berlin cerró el segundo trimestre del año con unas pérdidas de 66,2 millones de euros, perjudicada, entre otras causas, por el aumento del precio del carburante, el descenso de la cotización del euro respecto al dólar y el tardío inicio de la temporada alta por las bajas temperaturas. El trimestre actual, a pesar de coincidir con la temporada alta, está siendo peor de lo esperado.

Con este panorama, Mehdorn no quiere ni oír hablar sobre el Willy Brandt. Durante la presentación de resultados, la prensa le preguntó por las consecuencias para la compañía en los sucesivos retrasos en la apertura del aeropuerto y, en vez de contestar, obligó a los periodistas a cambiar de tema.

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