Economía

El doble en Madrid y siete veces más en Mallorca: los pisos turísticos se descontrolan y ahogan el alquiler tradicional

El fenómeno existe en todas las grandes ciudades españolas, donde es mucho más sencillo encontrar un alquiler vacacional que uno de larga duración

  • Las llaves de un piso en alquiler -

Madrid ha anunciado que no otorgará más concesiones para el alquiler de pisos turísticos hasta 2025, una medida que llega tras la enorme saturación que existe en la ciudad en cuanto a este tipo de viviendas. Un fenómeno que, además, está reduciendo la oferta de alquiler de larga duración en muchas ciudades hasta el punto de que en estos momentos, hay lugares donde hay siete veces más pisos disponibles en Airbnb que en Idealista.

Una dinámica que no es exclusiva de Madrid, ya que este efecto se produce en toda España: las principales capitales españolas sufren el mismo fenómeno, potenciado especialmente por dos motivos: una alta demanda por parte de los usuarios, ya que acaban pagando menos que en un hotel y un interés monetario por parte de los arrendadores. Al fin y al cabo, en estos momentos es más rentable un alquiler turístico que uno convencional, hasta el punto de que en muchos casos, los propietarios ya ingresan más alquilando un piso dos fines de semana sueltos que un mes completo.

Esto ha producido un desequilibrio que ha desencadenado, entre otros factores, un aumento de los precios por la baja oferta de viviendas de alquiler tradicional. El caso de Barcelona es bastante llamativo, ya que según el portal Inside Airbnb, el número de anuncios de pisos o habitaciones de carácter vacacional es de 10.751, mientras que en Idealista tan solo hay 4.421 viviendas disponibles. Es decir, supera la duplicación.

En el caso de Madrid, aunque la oferta de pisos turísticos es mayor, también lo es de vivienda tradicional, lo que no produce una desproporción tan grande como la de Barcelona. En la capital hay 16.337 'Airbnb' disponibles, mientras que en Idealista se ofrecen 8.030 viviendas. Es, más o menos, también el doble.

El efecto no se diluye en ciudades más pequeñas como Valencia, donde la proporción es todavía mayor. En la ciudad del Turia hay 5.909 viviendas de Airbnb y 2.060 casas de alquiler tradicional, por lo que el alquiler vacacional triplica el tradicional.

Más sangrante todavía es Mallorca, donde hay tan solo 2.274 viviendas de alquiler convencional frente a las 15.357 casas y pisos vacacionales. En este caso, es siete veces más, lo que complica mucho la vida a aquellas personas que se trasladan a la isla para poder trabajar. Es la mayor desproporción de España. Un fenómeno similar al que vive Málaga, donde tan solo hay 899 inmuebles para alquilar de manera tradicional frente a los 6.703 'Airbnb' que se reparten por la provincia, especialmente en la capital

En País Vasco, la desproporción es mayor si cabe, ya que hay 4.241 pisos de alquiler vacacional frente a 1.117 vivienda de larga duración. Es casi cuatro veces más en este caso, según datos enfrentados de Inside Airbnb e Idealista.

De las nueve ciudades que Inside Airbnb recoge, no hay ninguna en la que haya más alquileres de larga duración que pisos turísticos. Por supuesto, tampoco hay ningún punto donde se incline la balanza. En pueblos costeros que viven principalmente del turismo como Guardamar del Segura, la desproporción es todavía mayor, ya que tan solo se pueden alquilar 93 viviendas en Idealista frente a las más de 1.000 que se ofertan en Airbnb. Un caso similar al que se observa en Sanjenjo, en la punta contraria del país: hay 92 viviendas en alquiler tradicional frente a las más de 1.000 que existen como alquiler vacacional.

Lo cierto es que el valor de Airbnb está en alza, con un crecimiento de sus ingresos de un 18% en 2023. Además, cada vez son más los propietarios que se animan a probar esta fórmula, ya que la plataforma cuenta con 7,7 millones de viviendas en alquiler activas en todo el mundo, un 18% más que en 2022. En total, la compañía registró una facturación de 9.917 millones de dólares, con un resultado neto situado en 4.792 millones, más del doble que en 2020. Además, el alquiler es más caro ahora: en 2023 subió un 3%, situándose, de media, en 157 dólares.

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