La inflación, que ha descendido a poco más del 7,3% en octubre, sigue estando en niveles históricos y afecta a todos los patrones de consumo. Los teléfonos móviles, un gadget imprescindible tanto para uso personal como profesional, no iban a ser menos.
Un 38% de los usuarios de este tipo de dispositivos está dispuesto a pasarse al renting en lugar de comprar, según un estudio de la consultora independiente IO Investigación elaborado para Rentik, servicio de renting de móviles en España. Es algo que ya sucede históricamente en otros sectores, como es el de los coches, en el que los planes de renting o leasing son un clásico. El estudio se ha hecho sobre una muestra de 1.500 personas.
Esta compañía permite utilizar un móvil desde 12 euros al mes con contratos de diferente duración -y diferentes precios y dispositivos- hasta los 97 euros que cuesta el renting para el iPhone más caro. Todos incluyen seguro. Como en el caso de los coches, es un modelo que hace posible disfrutar de un móvil de último modelo con mayor frecuencia.
Para esta empresa el renting tiene aún más sentido si se tiene en cuenta que solo un 13% de los usuarios de telefonía móvil vende su dispositivo cuando da por satisfecho su periodo de uso. El 14% los regala mientras el 60% directamente los abandona. El hecho de que este tipo de formato incluya seguros de robo o rotura de elementos de los equipos es otra de las ventajas.
¿Qué nos empuja a cambiar de móvil?
El estudio también refleja que el 62% de los usuarios convive con averías en el móvil. Preferimos seguir con el teléfono parcialmente 'roto' a pagar la avería. El mal estado de la batería, con casi un 72% de los encuestados, es el elemento que más se tiene en cuenta a la hora de cambiar el equipo, seguido de la capacidad, el procesador, la cámara y el tamaño.
El 45% de los españoles cambia el móvil a los dos o tres años de su compra, el 20% en más de tres años, el 16% en menos de dos años y el resto, cuando se estropea.