Amazon es el mayor centro comercial del mundo. Mientras que el Black Friday es el día más rentable y atractivo para visitar un centro comercial. Por ello, la unión entre el gigante estadounidense del comercio electrónico y la jornada con mayor número de descuentos del año supone el control del consumo mundial. Una auténtica dictadura. Y a las marcas no les queda más remedio que entregarse.
Porque todo el mundo quiere estar y tener un buen sitio en este transitado escaparate online. Por ello, el caché es elevado. "El Black Friday o Prime Day son días especiales donde Amazon acentúa mucho las condiciones de venta", destaca Miguel de la Reina, CEO de Brainy Commerce, consultora española de ecommerce especializada en Amazon y Alibaba.
"Son días donde la compañía cuida con especial énfasis que sus clientes encuentren los productos que buscan y al mejor precio", añade el experto. Y su 'dictadura' indica qué, cómo y dónde venderlo. Amazon señala a las marcas qué productos van con rebaja. Es decir, los fabricantes no pueden acudir a este portal a aprovechar los descuentos y 'quitarse de encima' sus productos menos demandados.
Son días donde la compañía cuida con especial énfasis que sus clientes encuentren los productos que buscan y al mejor precio"
No. Las marcas que quieran vender en Amazon en el Black Friday deben ofertar al gusto del consumidor y, sino, que pase el siguiente. Una estrategia que este medio ha intentado contrastar con la compañía, pero no ha habido respuesta. No obstante, los expertos del sector confirman por varias vías este 'modus operandi'. "Además de la selección de descuentos, Amazon ofrece de manera proactiva la publicidad en este tipo de jornadas", apunta Miguel de la Reina.
Publicidad VIP
La compañía te concede privilegios a cambio de publicidad. Amazon ofrece la opción de anuncios patrocinados, como por ejemplo Sponsored Products y Sponsored Brands (antes conocidas como Anuncios Destacados), para impactar en los clientes que miran y buscan productos. Los anuncios aparecen en las páginas de resultados de búsquedas y en las páginas relevantes de productos, dirigiendo a los clientes a la página de detalles del producto.
El coste de estos anuncios es muy variado. Según indican desde el sector, esta publicidad incluye variables como costes por click y puede ir desde los 15 hasta los 50.000 euros. Todo es válido con tal de tener una buena presencia en el lugar y en el momento oportuno. Es decir, Amazon en el Black Friday y, por ello, muchas marcas se toman este día como una inversión más que como una jornada para hacer caja.
"Incluso sin que salgan los números, las marcas deben participar por dos motivos: posicionarse en el algoritmo de Amazon y en el consumidor", recomienda el CEO de Brainy Commerce. "Las marcas tiene que adaptarse a estas condiciones. No obstante, hay que dejarse asesorar y, tras conocer las exigencias, decidir si les interesa o no invertir para tener un buen lugar en la plataforma", añade.
Los márgenes se resienten de esta puesta en escena. "Tus ingresos bajan de 10 a 1,5 pero el volumen de venta pasa de 5 a 100. Por ello, la recomendación es estar presente para posicionarse y generar data para la propia marca", asegura Miguel de la Reina.
Un cliente 'rebelde'
Por último, el consumidor también tiene que ser consciente de las reglas de este juego. Los expertos recomiendan "no quedarse con la primera página" y tener las cosas claras a la hora de comprar en el Black Friday.
"Hay que meterse en Amazon con tiempo, como si fuera una tienda que te gusta y donde merece la pena dedicar un tiempo a buscar en profundidad", recomienda el CEO de Brainy Commerce. El uso de muchas palabras clave (keywords) y la exigencia en la búsqueda de productos son dos formas de revelarse ante esta dictadura.