La reciente amnistía fiscal tenía un aspecto novedoso, que era el de la obligatoriedad de declaración de bienes en el extranjero. Un apartado que no llamó en exceso la atención, pero que una vez que se han conocido los resultados, ha comenzado a hacerlo más. Tal como informó Vozpópuli, algo más de 130.000 españoles declararon bienes fuera de España por más de 87.000 millones de euros. Casi el 9% del PIB. Una cifra que ha sorprendido incluso a las bancas privadas y que hace temer por un nuevo impuesto a estos contribuyentes.
En al menos cuatro entidades financieras de gestión privada reconocen el temor de sus clientes que han reconocido bienes en el exterior, toda vez que forman parte de una bolsa patrimonial muy golosa e incontrolada. Así, han manifestado estar estudiando el proceso de repatriación de varias cuentas.
“El movimiento es de libro”, argumentan en una de estas entidades. “¿Para qué, sino, se ha llevado a cabo esta medida inédita de confeccionar una lista de inversores con dinero fuera de España, aunque sea patrimonio al día con Hacienda?” Para un impuesto especial sobre esas inversiones, se temen. Un impuestazo, en forma de tasa, gravamen "o como lo quieran llamar".
La declaración de bienes foráneos ha causado numerosas críticas por parte de los expertos, que denuncian que se trata de un caso de demonización del contribuyente y un atentado a la libre circulación de capitales.
Este miedo no es nuevo. En Vozpópuli ya hemos informado de que las entidades internacionales insistían a sus clientes que acudieran a la amnistía fiscal, ya que no estaban en condiciones de garantizarles el secreto de sus cuentas.
Un filón atractivo
Ahora, existe el temor de que Hacienda quiera morder en ese filón, con una medida que tendría un gran aplauso social, ya que permitiría apretar mucho a los patrimonios altos y no a las clases medias, que son las que están sufriendo el apretón fiscal casi desesperado del Gobierno para combatir el déficit. Otra medida reclamada desde muchos foros de la izquierda es elevar los impuestos a las sicav. La medida tendría una gran aceptación social, además.
Desde Hacienda señalan categóricamente que no hay nada pensado a este respecto, sólo el compromiso de la lucha contra el fraude y la profundización de intercambio de información entre países a través del acuerdo FACTA.
Fuentes jurídicas cercanas al Gobierno manifiestan, a su vez, sus dudas sobre la implantación de un nuevo impuesto a los patrimonios expatriados. Comentan que “vemos complicado que se aplique un gravamen discriminatorio”, a pesar de que reconocían que “hemos tenido constancia de este temor entre los clientes”. Pero una medida como esta “no aguantaría ni un asalto en Bruselas”. En este sentido, contemplan como más probable que “el Gobierno recupere el impuesto de patrimonio y lo restablezca conforme el esquema anterior, pero eso solo podría tener lugar en el marco de una reforma autonómica, es decir, no a corto plazo”.
Tampoco iba a haber amnistía fiscal
Sin embargo, el ambiente detectado se asemeja mucho al que se podía palpar a finales de 2011 sobre la amnistía fiscal. Las bancas privadas eran un magnífico termómetro de la situación y señalaban que era una posibilidad muy probable; casi inevitable, ya que se estaba aplicando mucha presión al secreto bancario y eso era imposible derribarlo sin implementar una vía de regularización. Además, tanto los clientes como el Gobierno necesitaban ingresos, por lo que, como suele decirse, ‘blanco y en botella’.
De esto también informaba Vozpópuli en noviembre de 2011 y entonces, tanto Hacienda como numerosas fuentes jurídicas rechazaron de plano la posibilidad. Incluso se esgrimían argumentos de orden moral: un Gobierno de derechas no podía anunciar una medida de perdón al evasor que en el siglo XXI sonaba ya claramente obsoleto. Pero la realidad es que a finales de marzo 2012, el Ejecutivo anunció la amnistía.
También hay otra reflexión que apoya esta tesis: ya no tiene sentido tener el dinero fuera. El riesgo de ruptura del euro está anulado tras el compromiso del Banco Central Europeo (BCE). “Mejor trae el dinero antes de que pongan otro impuesto como la pretendida Tasa Tobin. Y si tienes miedo a la eurozona, compra fondos de inversión internacionales”, recomiendan.