La transformación emprendida por Ana Patricia Botín en Santander también cuenta con un plan de viaje propio para su nuevo consejero delegado José Antonio Alvárez. El ex director financiero ha salido, hace apenas dos semanas, del Consejo de Santander Consumer, la filial de consumo del grupo con sede en Boadilla, según confirman fuentes de la entidad. Este no será el único consejo de filial que abandone Álvarez. En próximas fechas, el nuevo CEO cesará de su puesto en los consejos de otras divisiones para centrarse de lleno en su nuevo cargo. En la actualidad, el número dos es también consejero de Santander Holding USA, Santander Bank, Santander Consumer Bank AG y Banco Santander Brasil, además de ser miembro del consejo supervisor de BZ WBK Bank (Polonia). Precisamente, el puesto en estas dos últimas filiales (Brasil y Polonia) pueden ser los próximos sillones que abandone el nuevo CEO.
Álvarez podría dejar más sillones de filiales en las próximas semanas para centrarse en su nuevo cometido de consejero delegado del grupo
La salida de Álvarez se ha producido dentro de la reorganización que ha sufrido en la división que dirige Magda Salarich. La CEO de Santander Consumer cuenta con el total apoyo de Ana Patricia Botín y su nombre sonó con fuerza para aterrizar en la nueva estructura de Santander España. Finalmente, Botín recuperó a Rami Aboukhair, hombre de su confianza en Banesto, donde ocupó el puesto de exdirector de marketing y productos. Rami es el nuevo director general del banco y será el responsable de banca comercial -redes de distribución, empresas y particulares-, reportando a Enrique García Candelas.
Hasta la fecha, Santander no ha nombrado sucesor de Álvarez en su filial de consumo. Otro de los movimientos en esta firma ha sido la entrada de Francisco Javier Gamarra como consejero y miembro de la comisión ejecutiva en sustitución de Ernesto Zulueta Benito, responsable de riesgos de la división.
Esta reorganización, que se enmarca dentro de la reestructuración global del banco que está efectuando Ana Patricia desde que accedió al cargo, se ha producido en paralelo a las negociaciones que mantiene Santander con Javier Marín para dirimir el futuro del ex CEO. La entidad puso enero como fecha tope para tener resuelto este asunto al anunciar su cese (25 de noviembre pasado). Sin embargo, las negociaciones pueden incluso alargarse durante varias semanas.
El cese de Marín como consejero delegado se hizo efectivo el pasado 16 de enero. Fuentes de la entidad explican que ese mes de gracia para llegar a un acuerdo, que comunicó Santander al anunciar el cambio de número dos, empezó a contar desde entonces.
Mientras se llega a una solución, Ana Patricia ha decidido desterrar a Marín fuera de Boadilla. El ex CEO ha encontrado acomodo en un despacho del palacete situado en Castellana 24, donde se ubica el front office de la banca privada del grupo Santander. No es la primera vez que un ex directivo del Santander es ubicado en un despacho de Castellana 24 antes de abandonar definitivamente la entidad. “Ese movimiento siempre ha significado la salida de la entidad”, confirman desde el sector.
Marín, ex CEO, se resiste a aceptar con 48 años una prejubilación que le reportaría 800.000 euros anuales pero le impediría trabajar dentro del mundo financiero
Esa parece ser la intención de Marín. A sus 48 años, el banquero se resiste a aceptar la prejubilación que le ofrece el banco por la que percibiría 800.000 euros anuales hasta los 65 años. Eso sí, bajo el veto de no poder trabajar en el ámbito financiero. “Se ve demasiado joven para estar tantos años inactivo”, explican fuentes conocedoras de las negociaciones. En caso de aceptar la prejubilación, Marín hubiera mantenido sus cargos como vicepresidente y miembro de la Comisión Ejecutiva de Santander Investment, además de como consejero de Allfunds, una gestora de fondos de inversión muy relacionada con Santander.
Sin embargo, esta opción parece ahora en el aire, tanto sí decidiera prejubilarse como si optase por la reincorporación a la dirección general de Banca Privada Global, el cargo que detentaba antes de ser nombrado consejero delegado en sustitución de Alfredo Sáenz. Esta última vía parece prácticamente descartada por parte de Marín. La última opción significaría su salida de la entidad, lo que le permitiría cobrar su bolsa de 4,3 millones en derechos de planes de pensiones acumulados desde su incorporación al banco en 1991.