El Gobierno tenía preparado un plan PIVE para impulsar la renovación de electrodomésticos en España tras siete años en los que los consumidores habían pospuesto sus compras. El presupuesto era relativamente pequeño. Pero Luis Guindos y Álvaro Nadal se negaron en redondo para no favorecer a las empresas alemanas, según relatan fuentes cercanas al Ejecutivo.
El sector del automóvil valora como un gran éxito los planes de renovación de vehículos conocidos como PIVE y Pima aire. El PIVE 6 costó unos 175 millones a los que se añadió una prórroga de 70 millones ante las quejas de los concesionarios de que había muchas operaciones paradas a la espera de un nuevo paquete. Entre 2012 y 2014, el Estado destinó en total unos 700 millones a estas iniciativas.
Ahora bien, los beneficios han sido muy superiores según los representantes de la industria. La patronal de fabricantes Anfac afirma que el conjunto de los seis planes PIVE ha tenido un impacto económico de unos 8.000 millones de euros, de los que 2.000 millones han supuesto ingresos para Hacienda.
Entre 2012 y 2014, el Estado destinó en total unos 700 millones a los planes PIVE, con un impacto para la economía de unos 8.000 millones de euros según datos de Anfac
El porcentaje de coches locales vendidos en 2014 ha aumentado en dos puntos hasta el 15 por ciento. Y casi uno de cada cuatro vehículos aquí comercializados ha sido montado en España. De forma que en 2014 la industria ha generado en total casi 90.000 empleos. De ahí que el Gobierno haya reservado otros 175 millones de euros para un nuevo plan en 2015.
A la luz de estas cifras, Industria y Hacienda querían copiar el modelo e implantarlo en otros sectores. La idea era aplicarlo allá donde se pudiese dar un pequeño empujoncito que luego multiplicase el impacto y los beneficios para la economía e incluso para las arcas de Hacienda. Bajo esta premisa, la vista se fijó en el negocio de los electrodomésticos, que había sufrido siete años de crisis durante los cuales los consumidores habían pospuesto cualquier renovación de su equipamiento del hogar y que por fin comenzaba a reactivarse.
En los últimos meses de 2014, los números estaban listos. El presupuesto era bastante pequeño. Incluso Hacienda había dado ya su respaldo y la propuesta sólo estaba pendiente de la aprobación del Consejo de Ministros. Pero el ministro de Economía, Luis de Guindos, y el jefe de la Oficina Económica de Moncloa, Álvaro Nadal, tumbaron el plan.
Guindos y Nadal sostienen que con los planes PIVE estamos subsidiando a los españoles para que compren coches alemanes
No sin razón, argumentaron que esos estímulos tan sólo acabarían en los bolsillos de la industria alemana. Y pusieron como ejemplo los resultados del PIVE en 2014.
Alimentadas por estas ayudas y conforme el ciudadano medio perdía el miedo a quedarse sin empleo, las matriculaciones de turismos se han disparado en España un 18 por ciento. Y ello a su vez ha provocado que las importaciones de automóviles se disparen un 31,8 por ciento entre enero y noviembre de 2014, casi todos vehículos alemanes. Hasta el punto de que Alemania por sí sola ha acaparado un tercio del incremento de las importaciones españolas durante 2014. Es decir, estamos subsidiando a los españoles para comprar coches alemanes, lo que ha llevado a deshacer parte de la corrección que habíamos logrado en el déficit comercial con el exterior.
En el debate que tuvo lugar en el seno del Ejecutivo, Nadal y Guindos defendieron que otro tanto ocurriría con los electrodomésticos, porque los principales productores eran también tudescos. Y al final su opinión prevaleció por más que varios miembros del Gabinete sostuviesen que las cantidades barajadas eran más bien diminutas comparadas con los posibles beneficios. “El problema de fondo que padecemos radica en que carecemos de una industria fuerte propia. Alemania ha acaparado buena parte y eso es muy difícil de solucionar”, comenta un alto cargo del Gobierno.