La Unión Europea ha puesto en apuros a Apple tras decidir esta semana unificar el cable de carga de ordenadores, teléfonos y tablets. A partir de 2024 los terminales, tabletas y accesorios como auriculares tendrán que comercializarse con la entrada de nominada de tipo C (USB-C). En 2025 tendrán que hacer lo propio con los ordenadores portátiles.
Era un lobo del que se hablaba desde hace años pero ahora ha hecho acto de presencia. Los fabricantes tendrán que modificar sus dispositivos a partir de las fechas arriba comentadas. De hecho, un gran porcentaje de los dispositivos que se sacan al mercado vienen ya con conexión USB-C.
Si nos fijamos en los teléfonos móviles, el número de equipos con esta conexión es abrumador si se desvía la mirada a los equipos con Android y de factura china. No es el caso de Apple. La compañía de la manzana mordida lleva años lanzando sus equipos con conectividad propia. En su caso la entrada se denomina 'lightning'.
Lo cierto es que la decisión de unificar las conexiones para este tipo de dispositivos deja a Apple en una encrucijada. En los últimos lanzamientos la compañía no incorpora el dispositivo de carga, tan solo un cable. Si se desea un cargador oficial, el usuario debe adquirirlo aparte.
El cargador rápido del modelo 'top', el iPhone 13, cuesta 45 euros en la página oficial de Apple. Su velocidad de carga es de 30W. La firma norteamericana tiene un negocio paralelo con la venta de cargadores, un desembolso económico que el usuario debe añadir al debe cuando adquiere un móvil de la firma de Cupertino.
La firma fundada por Steve Jobs tendrá que actualizar su parque de conexiones. Fuentes del sector aseguran que esto puede dar lugar a tres escenarios. "Apple puede ahora optar por fabricar para Europa partidas concretas de equipos con conexión USB-C. Esto no parece que vaya a suceder porque tiene un alto coste tecnológico y de logística, y dañaría su mercado de equipos reacondicionados -móviles de segunda mano revisados por Apple-. De apostar por esta opción no habría la libertad de flujo que ahora tiene la compañía para mover equipos a distintos lugares del mundo y venderlos ya usados", explican estas fuentes.
Apple y la exclusividad
Añaden que el segundo y tercer escenarios son "que la compañía unifique la conexión USB-C en todos sus dispositivos, pero perderá la exclusividad de la que ha hecho gala siempre. Sus teléfonos tendrán las mismas conexiones que Android, su rival directo", explican a Vozpópuli las mismas fuentes.
Un escenario que empuja a la compañía estadounidense a mirar como opción los cargadores inalámbricos. "Por una parte, se saldría del redil directo del USB-C, y por el otro seguiría obligando a los usuarios a realizar una compra adicional además del teléfono móvil. Si quieren cargarlo, tendrán que pasar por caja. Seguramente los equipos se acompañarán de un cable de USB- C, pero para alimentar la pila del equipo habrá que comprar una plataforma inalámbrica a la que se conectará ese cable".
La firma china Oppo presentó un cargador inalámbrico hace poco más de tres meses que, utilizando el aire, sin cables, es capaz de alcanzar una velocidad de 240W. Esto supone alimentar de cero a cien la pila del teléfono en menos de diez minutos
Velocidad máxima de carga inalámbrica
La pasada edición del Mobile World Congress fue testigo del incremento de la velocidad de carga inalámbrica. La firma china Oppo presentó un cargador inalámbrico que, utilizando el aire, sin cables, es capaz de alcanzar una velocidad de 240W.
Si nos llevamos esto al tiempo de carga, estamos hablando de que un teléfono con 5.000mAh de capacidad en su batería podría cargarse de cero a cien en menos de diez minutos. El Xiaomi 12 Pro, con 120W de velocidad de carga -la mitad-, es capaz de alimentar su pila de cero a cien en unos 18 minutos.
El único problema de la carga inalámbrica tal y como se concibe actualmente es que, mientras ahora podemos usar el equipo junto al enchufe mientras carga con el cable, en el caso de este nuevo sistema el equipo debe mantenerse siempre pegado a la plataforma de carga para alimentarse. O se utiliza con la base pegada al móvil o no cargará, lo que se antoja incómodo. Así las cosas, ya se trabaja en un sistema de carga inalámbrica a distancia, que permita hacerlo con el terminal a decenas de centímetros de la estación de carga.
