Quedaban menos de 24 horas para el mazazo de Argelia y el Gobierno de Pedro Sánchez no sospechaba absolutamente nada. La escena que sigue es más que reveladora. Madrid, noche del martes 7 de junio. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, coincide con el presidente de una empresa del Ibex, con solera y presencia internacional. Se comenta el difícil presente económico, la situación política. Pero ni una advertencia sobre el riesgo argelino por parte del ministro.
Al caer la tarde del miércoles 25, Argel lanzó la bomba que ni Albares ni 'los Ibex' se olían: el Ejecutivo de Abdelmajid Tebboune suspendía el Tratado de Amistad con España y paralizaba las relaciones comerciales. Oficialmente, las empresas más expuestas “analizan” la evolución de los acontecimientos. Hay demasiado dinero en juego y el Ejecutivo argelino tiene la sartén por el mango. En privado, los directivos se frotan los ojos por la incredulidad y, sobre todo, por la exasperación.
Se les antoja tarea imposible interpretar de forma ‘racional’ el viraje de Sánchez en el Magreb. Por dos razones. La primera es el momento elegido: con una guerra en Europa, en plena crisis energética, con la inflación por las nubes y un cambio de política monetaria que puede afectar al crecimiento y a la prima de riesgo. La segunda tiene que ver con la torpeza geoestratégica -igualmente incomprensible- del Gobierno, que ha perdido la ocasión de convertir a España en una plataforma energética clave para Europa y que deja el hueco libre a la Italia de Mario Draghi.
Si algo ha demostrado con su desafío de Vladímir Putin es la excesiva dependencia que tiene Europa del petróleo y -sobre todo- el gas ruso. De ahí que analistas y empresarios vieran clara la ventana de oportunidad que abría, por desgracia, la guerra. España tiene seis plantas regasificadoras operativas, capaces de suministrar el 25% del gas que se consume en la UE e inmejorablemente situadas para recibir las cargas de los barcos gaseros.
También contaba -hasta que Sánchez se echó en brazos de Mohamed VI- con una alianza bien engrasada con Argelia, que permite importar gas a un precio más que óptimo y hacer negocio sobre el terreno a multinacionales españolas como Naturgy, Cepsa o Repsol.
Del sueño del 'hub' energético español sólo quedan los rescoldos tras el último comunicado de Argel, que huele a ruptura próxima de relaciones diplomáticas. Paralelamente, Draghi, con su olfato ya demostrado de político de Estado, ha propiciado en las últimas semanas un acuerdo estratégico entre ENI (controlada por el Estado italiano) y la petrolera nacional argelina (Sonatrach). El propio Draghi visitó en abril a Tebboune para sellar la alianza. La foto del apretón de manos en Argel se publicó sólo 23 días después de que Moncloa anunciara el cambio de postura sobre el Sáhara Occidental, prendiendo un fuego cuyo alcance aún se desconoce.
Esa falta de argumentos ‘racionales’ para explicar el giro promarroquí está alimentando distintas teorías entre quienes se juegan el dinero en el Magreb. Cobra fuerza la tesis de que Sánchez está trabajando por su marca personal más que por el bien de la nación. El alejamiento de Argelia reduce barreras para acercarse a Estados Unidos. Y la bendición de Joe Biden es un salvoconducto necesario para pujar por un puesto internacional de altura.
Como avanzó Vozpópuli, el líder socialista empieza a prepararse para un escenario futuro que contempla el desastre en las elecciones autonómicas, municipales y -como colofón- nacionales de 2023. La salida ideal para Sánchez sería abandonar en 2024 Ferraz, a esas alturas probablemente en ruinas, para sustituir al belga Charles Michel en la presidencia del Consejo Europeo.
Hay otra alternativa posible, pero menos factible por una cuestión de plazos: la secretaría general de la OTAN. La ocupará el noruego Jens Stoltenberg hasta septiembre de 2023; es decir, en plena presidencia española de la Unión Europea y a un trimestre (en teoría) de los comicios generales.
Cobra fuerza la tesis de que Sánchez está trabajando por su marca personal más que por el bien de la nación, en vista del desastre electoral que se avecina
La bofetada de Argel también ha alentado estos días la tesis de la 'venganza del CNI'. No ha pasado ni un mes desde la crisis que el propio Gobierno desató en el cuerpo de inteligencia. Sánchez dejó a los pies de los caballos a la imagen de la institución tras el escándalo de Pegasus y fulminó a su directora, Paz Esteban. "¿Y si había agentes del CNI que sospechaban de la represalia que preparaba Argel y han guardado silencio? No es una hipótesis tan descabellada, teniendo en cuenta la 'afrenta' que les ha hecho Sánchez", asegura un asesor del Ibex.
Tanto si se demuestra como sino alguna de esas 'teorías', el movimiento de piezas de Tebboune tendrá, en la práctica, consecuencias para el energético español. La quiebra de las relaciones comerciales abre dos escenarios y ninguno es bueno para España.
Las armas de Argelia
El primero es el más drástico e implica la ruptura unilateral de los contratos de abastecimiento, que obligaría al Gobierno a iniciar un farragoso procedimiento de arbitraje internacional. El segundo es menos tajante pero igualmente dañino: Argel puede acceder a renovar concesiones pero a precios inasumibles, invitando a la contraparte (Naturgy es la que más se juega) a hacer las maletas y buscar materia prima en otro subsuelo del planeta.
Suministradores alternativos a Argelia los hay (como Catar o Estados Unidos). Lo que no tiene el Gobierno español es tiempo para reaccionar rápido, con una inflación que no dará tregua ni siquiera en 2024 (lo dicen el Banco de España o la OCDE) y una amenaza cada vez más real de estanflación. Y esto son palabras mayores, porque la combinación de estancamiento económico con precios astronómicos lleva consigo lo que la actual crisis no ha provocado aún en España: destrucción masiva de empleo.
valdeves
Esto se veía venir desde que Draghi como buen tecnócrata y buen diplomático había acordado con Argel la compra de gas. En otros foros comente este hecho y las ordas izmierdosas enseguida salieron diciendo que no podría ser, sin tener en cuenta que Italia también tiene gaseoducto con Argel y también con Centroeuropa, y como tenemos el gobierno que tenemos estos tampoco lo vieron ya que les importa la economia española dos 00, solo les importa su ego.
Franz Chubert
Usted es lmb3cil.
ArchieEnVozpopuli
"Stultorum infinitus est numerus" (Eclesiastes, 1.15) y, a pesar de que lo contradigan las matemáticas, aumenta cada día; sólo que últimamente, desde que inventaron el término "Voxero/a" gran parte de ellos se dedican a intentar insultar con ese término... pero sólo intentar ¿eh, guapo? porque a esta no le llegas ni a a la tapa de un tacón. ¡Anda, vete a entresacar abetos a Alaska oriental y déjanos en paz, so mas&tuerzo!
JaimeRuiz
Usted aprovecha esta basura para atacar a Vox, pero los europarlamentarios de Vox, que repetirán en las listas, como Tertsch, no son hijos de Putin sino resueltos contradictores. Es triste mentir pero más triste es hacer el ridículo.
Casandro
Qué yo sepa los voxeros son forofos de la OTAN, la verdad es que la política internacional no es el fuerte de VOX, tampoco de Albares y menos aún de Pedro Sánchez que anda regalando España y su riqueza al primero que se cruza en su camino. Solo le falta una piel de toro al hombro y bajarse del Falcon, bueno, bonito, barato
FBlanco
Más inútil no se puede ser. Otro ZP. La culpa es de la militancia del PSOE que elije lo peor de lo peor. A ver si hay suerte y desaparece del mapa electoral.
Situ
Ya se sabe lo que dice nuestro refranero "cuando el río suena agua lleva" y cada vez más suena que Marruecos está chantajeando al ególatra, mitómano y muy probablemente haya delito penal. Ahora bien, lo que me extraña es que el CNI no sepa nada y si lo sabe y oculta aún sería peor.