El impacto de aranceles y otras tasas impuestas tras el brexit podría ascender a 31.000 millones de libras anuales (cerca de 35.000 millones de euros) para la Unión Europea (UE), un 0,4% de su valor agregado bruto (VAB), según un informe publicado este lunes por la consultora Oliver Wyman.
La firma estimó además que el coste añadido para las exportadoras del Reino Unido ascendería a 27.000 millones de libras (unos 30.000 millones de euros), lo que representaría un 1,5% del VAB del país.
El informe, producido con la colaboración del bufete de abogados Clifford Chance, calcula el coste de las barreras de comercio que se introducirán en una Europa "post-brexit" en cada sector, según las tasas establecidas por la Organización Mundial de Comercio (OMC).
También hace una estimación de otros tipos de costes, como demoras en las fronteras o el pago de certificaciones dobles, y parte de la base de que las empresas exportadoras tomarían las medidas necesarias para mitigar los gastos.
Según el estudio, un 70% del impacto de las barreras comerciales afectaría a tan solo cinco sectores tanto en la UE como en el Reino Unido: finanzas, automotor, agrario, alimentario y químico.
Un acuerdo para el 'brexit' en línea con los principios de la unión aduanera mantendría el sobrecoste para las empresas
Debido a la tendencia de las industrias a agruparse geográficamente, ciertas regiones sufrirían mucho más que otras, como Londres, en el Reino Unido, o Bavaria, en Alemania.
El caso de Irlanda
Los expertos señalan en particular el caso de Irlanda, donde el sector agrario está muy expuesto al mercado del Reino Unido, así como el de Alemania, donde cuatro de sus 16 estados cargarían con cerca del 70% del impacto total, debido a la importancia de los sectores automotor y productivo en la región.
Por otro lado, un acuerdo para el 'brexit' en línea con los principios de la unión aduanera mantendría el sobrecoste para las empresas, pero éste se reduciría a 14.000 millones de libras (unos 15.800 millones de euros) en la UE y a 17.000 millones de libras (19.000 millones de euros) en el Reino Unido.
En este último caso, las empresas de bienes se verían mucho más beneficiadas, pues no tendrían que asumir el pago de aranceles, pero los daños estimados al sector financiero, el principal afectado en el Reino Unido, no se verían mitigados.