El Rey se ha encontrado cara a cara con Artur Mas, momentos después de que el presidente de la Generalitat anunciara la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña para el 25 de noviembre, como primer paso para un proceso independentista. El monarca comparecía en el Monasterio de Pedralbes para hacer la entrega del IV Premio Conde de Barcelona, que concede la Fundación del mismo nombre, constituida en 1986 por La Vanguardia.
El Rey fue recibido a su llegada por el propio Mas y la presidenta del Parlament, Nuria de Gispert y fuentes cercanas a CiU definieron el saludo como "perfectamente correcto y protocolario". Durante el día, en algunos foros independentistas se especuló con la posibilidad de que el presidente catalán intentaría evitar el saludo con el monarca, aunque todo discurrió con normalidad.
Su Majestad comenzó su discurso y lo hizo durante largo rato en catalán, que pronuncio con dificultad, mientras se dirigía al cardenal, explicándole las esencias del pueblo catalán. Tan solo realizó un escueto pero elocuente comentario sobre la situación política en Cataluña: “sería de ciegos no ver la gravedad de esta etapa histórica, pero también sería irresponsable caer en un abatimiento infecundo que impida ver que el genio de los hombres y mujeres de Cataluña, España y Europa; que serán capaces de superar estas circunstancias”.
Llamó la atención, sin embargo, que no insistiera más en la situación catalana, como hizo recientemente con la publicación de la famosa carta, en la que solicitó que no se persigan "quimeras" indendentistas. En esta ocasión, las alusiones a la crisis catalana fueron tangenciales.
Al lado de Urdangarin
El evento, eso sí, estuvo marcado por la máxima seguridad. En el Parlament hubo disturbios, en línea con los acaecidos en Madrid, pero en Pedralbes los mossos d´esquadra tenían tomada la zona. Conviene no olvidar que, además, a poca distancia del lugar vive la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin.
El Rey volverá a Barcelona el jueves para la inauguración de una nueva terminal de contenedores del Puerto.
La Fundación Conde de Barcelona está presidida por Juan Carlos I y el vicepresidente es Javier Godó, conde de Godó y presidente del grupo editor del diario. El premio se entregaba al Cardenal Tarsicio Bertone, secretario de estado de la Santa Sede.
En el acto había una clara divergencia entre partidarios de los pasos emprendidos por Artur Mas y la corriente no independentista, liderada, principalmente, por el sector empresarial. Asistieron el ministro de Interior, Jorge Fernández, pese a que justo en esos momentos había graves disturbios en la capital, el portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, el expresidente Jordi Pujol y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias.
