Desde el primer viaje en tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla han transcurrido 25 años, en los que la red ha protagonizado un desarrollo único en el mundo. Su tamaño se ha multiplicado en este periodo por más de seis, hasta convertirse en la segunda mayor del mundo.
No todo han sido luces. Su altísimo coste y las dudas sobre su rentabilidad han generado polémicas que aún hoy perviven.