El ahorro financiero de las familias españolas (activos financieros que incluyen los depósitos bancarios y los seguros de vida, entre otros) se situó en 2,15 billones de euros a finales de 2018, un 1,6% menos que el año anterior, cuando se registró máximo histórico (2,18 billones de euros), según datos del Banco de España recogidos por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).
En una nota remitida este martes por esta asociación, se explica que la adquisición neta de activos financieros (compras menos ventas) por parte de los hogares fue ligeramente superior a la del año anterior (22.426 millones de euros), en torno al 1,8% del PIB.
No obstante, este aumento de la inversión neta en activos financieros estuvo acompañado de un notable ajuste de valor de la cartera de las familias por efecto mercado, en especial la de renta variable, que se tradujo en una corrección del precio de la mayoría de los activos. El efecto conjunto fue una reducción en el saldo total de activos financieros de 34.343 millones de euros, un 1,6% menos que a finales de 2017.
A pesar de la elevada volatilidad presente en los mercados financieros, las instituciones de inversión colectiva han mantenido su condición de activo financiero de referencia de los hogares españoles, liderando el ranking de adquisiciones netas, con unas suscripciones de 9.749 millones de euros, solo superadas por los flujos netos positivos experimentados por los depósitos a la vista, en un entorno de elevada incertidumbre.
Endeudamiento
Asimismo, las familias españolas redujeron su endeudamiento el año pasado en casi dos puntos porcentuales de PIB y sus pasivos financieros suponen el 64,7% del PIB nacional, frente al 66,4% de diciembre de 2017. Sin embargo, el ritmo de variación del saldo total de pasivos financieros se coloca en tasa positiva del 0,9% interanual.
Por último, la situación patrimonial de los hogares (financiera más inmobiliaria) en términos de PIB aumentó en 2018 hasta el 549,8% del PIB desde el 545,7% del PIB de diciembre de 2017, debido al incremento de la riqueza inmobiliaria de los hogares, que ha aumentado hasta el 436% del PIB desde el 425%, ya que la riqueza financiera neta cayó en el año, desde el 121% de diciembre de 2017 hasta el 113% de cierre de 2018.