Banca

La banca congeló la compra de deuda pública antes de la ronda de contactos del Gobierno

Las entidades ya habían deslizado esta amenaza en las conversaciones previas a la entrada en vigor del impuesto, en las que Carlos Cuerpo participaba como secretario general del Tesoro.

  • El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el presidente de BBVA, Carlos Torres

Sólo dos meses, pero suficiente como toque de atención. La banca española congeló la compra de deuda pública en la recta final de 2023, justo antes de la ronda de contactos que activó el Gobierno con los primeros espadas del sector financiero para calmar la tensión por la prórroga imprevista del impuestazo.

Una advertencia que las entidades ya habían deslizado en anteriores conversaciones para intentar suavizar el gravamen antes de su entrada en vigor el año pasado, como trasladan a Vozpópuli fuentes financieras.

En un intento de normalizar la relación con los bancos, Carlos Cuerpo, ministro de Economía, se movilizó hace tres semanas para verse las caras uno a uno con los presidentes de los principales bancos del país. Sentó por separado en su despacho del Ministerio de Economía, entre otros, a Ana Botín, José Ignacio Goirigolzarri, Carlos Torres y Josep Oliu, presidentes del Santander, CaixaBank, BBVA y Sabadell, respectivamente.

Antes de concertar las citas, Cuerpo, que hasta suceder a Nadia Calviño fue precisamente secretario general del Tesoro Público y estaba en primera línea en las conversaciones con el sector antes de sacar adelante el impuestazo, comprobó que los bancos españoles habían frenado la compra de deuda pública, a pesar de que ofrece rentabilidades atractivas en un contexto de tipos altos.

Medida de presión recurrente

Las entidades congelaron en 170.000 millones la cartera de inversión en letras, bonos y obligaciones del Estado en octubre y noviembre, según los últimos registros oficiales del Tesoro Público. Aún tienen una posición relevante, al amasar casi el 13% de la deuda en circulación, pero supone una medida de presión cuando el Banco Central Europeo (BCE) está en pleno repliegue en las compras de bonos de los países del euro y no volverá a adquirir aquellos que venzan desde finales de este año.

"Desde que el BCE empezó a subir los tipos, los bancos han recompuesto su inversión en bonos y obligaciones del Estado para generar ingresos sin riesgo

Es cierto que los bancos están recurriendo a la deuda pública como vía rápida para mejorar sus ingresos, con vaivenes dependiendo del momento económico. De hecho, los bancos han aprovechado el ciclo histórico de subidas de tipos, que el BCE inició en julio de 2022, para recomponer sus carteras de inversión en deuda pública y apuntarse ganancias sin riesgo.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo.EP

Tiene en su balance bonos y obligaciones equivalentes a niveles de 2016, pero parece que ya ha tocado techo en los 177.583 millones que marcó en marzo del pasado año sobre todo por la expectativa de que el Eurobanco iniciará tarde o temprano los recortes del precio del dinero.

Colchones de liquidez

Algunas fuentes bancarias también relacionan el cambio en las posiciones de deuda pública como estrategia para preservar niveles de liquidez “cómodos” ante posibles turbulencias de los mercados, como las ocurridas sin previo aviso hace justo un año tras la caída del Silicon Valley Bank.

Las entidades recurren a la deuda pública como herramienta para gestionar los riesgos de liquidez a través de las conocidas como carteras Alco y se aprovechan para obtener ingresos en momentos oportunos de mercado, como recuerdan las fuentes.

"Pese al repliegue de los últimos meses, el Eurobanco amasa todavía más de 400.000 millones en deuda del Estado español, más del 30% del total en circulación

El BCE lleva meses replegando su inversión en deuda pública de los países del euro, como sostén para las primas de riesgo. El plan antipandémico, conocido como Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP por sus siglas en inglés), se ha ido recortando paulatinamente, pero aún no se traduce en un cambio en la lista de grandes tenedores de deuda pública español.

Sin ir más lejos, el banco central tiene en sus manos todavía 401.817 millones de deuda pública española. Es el gran tenedor, con más del 30% del total, sólo superado por los inversores extranjeros (que aglutinan el 41%). Y parece que los bancos españoles se resisten a coger el relevo.

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