Se impide, al menos de momento, la rebelión en el consejo de administración de Unicaja. El Banco Central Europeo (BCE) frenó el plan de la Fundación Unicaja, el mayor accionista de la entidad con un 30,2% tras la fusión con Liberbank, para sustituir a sus cuatro consejeros dominicales. El supervisor único considera "injustificado" un cambio tan sólo ocho meses después desde la reelección de todos ellos y emplaza a la Fundación a la junta de primavera como medida para proteger la reputación de la entidad, según fuentes conocedoras consultadas por Vozpópuli.
Los cuatro consejeros dominicales en cuestión son Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio, Manuel Muela y Juan Fraile. Todos ellos, cercanos a Braulio Medel, fueron reelegidos a finales de marzo por otros tres años.
El BCE utiliza como argumento de peso para contener a José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación, que los accionistas dieron el visto bueno a estos cuatro consejeros con más del 80% de los votos a favor. También alega que pasaron la valoración de idoneidad, conocida en el argot financiero como 'fit and proper', por lo que son profesionales aptos para realizar su labor en el consejo, según las fuentes.
En el seno de la entidad se entiende que el intento de la Fundación responde a una cuestión política y no profesional. La viabilidad del banco es clave para la supervivencia de la Fundación, que se nutre sobre todo de los dividendos de Unicaja"
"Para cambiar a un consejero tan sólo unos meses después de nombrarlo hay que justificarlo muy bien", explican fuentes próximas al banco. Fuentes oficiales de Unicaja prefirieron no hacer comentarios al respecto.
El presidente de la Fundación quería cesar a los dominicales en una junta extraordinaria, como publicó Expansión, para borrar la huella de Medel. Pero el supervisor único le ha emplazado a plantear los cambios de consejeros en la próxima junta ordinaria, prevista para antes de mayo. En caso de seguir adelante con su plan, la Fundación tendría, primero, que someter al visto bueno de los accionistas el cese de los consejeros y posteriormente proponer a los nuevos candidatos. Ambas votaciones se tendrían que aprobar por mayoría.
En el seno del banco se entiende que el intento de la Fundación por sustituir a sus consejeros responde a una cuestión política y no profesional, según trasladan fuentes cercanas a Unicaja. De hecho, la cúpula de la entidad tiene claro que la función de los consejeros debe ser la viabilidad del banco, que es la fuente de los ingresos de la Fundación vía dividendos. "¿Cuál es la intención de la Fundación cuando no hay dudas sobre la profesionalidad de los consejeros?", se preguntan fuentes cercanas al consejo.
Batalla de poder
El BCE mantiene una estrecha vigilancia sobre la gobernanza en Unicaja. Más aún cuando Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, tiene menos de un año para dejar las funciones ejecutivas y Manuel Menéndez debe 'convencer' al consejo para conservar su puesto como consejero delegado reforzado.
La crisis de gobernanza del banco movió los cimientos del organismo con sede en Frankfurt, que empujó hasta el último momento para que Unicaja y Liberbank crearán el quinto banco español por activos.
El cisma se originó cuando la familia Domínguez, propietaria de la empresa textil Mayoral, pidió entrar en el consejo tras la integración. Esta familia controla alrededor del 8% del capital. El consejo de Unicaja no puede ampliarse a más de 15 miembros, como fijan los estatutos, y se intentó que Ernesto Tinajero cediera su silla en el máximo órgano de gobierno.
La negativa del empresario mexicano, que tiene alrededor de un 3% del banco, precipitó la salida de tres independientes (Manuel Conthe, Ana Bolado y Manuel González-Cid). Todos ellos más cercanos a la antigua cúpula de Unicaja.