La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, confía en la evolución de la empresa que dirige por el dinero que ha invertido en comprar acciones. Sin embargo, pese a su empeño en mostrar confianza en el futuro de la entidad, la apuesta de los últimos años no ha resultado rentable, según recoge El Confidencial. El informe anual del ejercicio 2020 de Cronje, la sociedad patrimonial a través de la cual tiene más de 30 millones de títulos del grupo, muestra que la heredera de Emilio Botín perdió 27,5 millones de euros.
Cronje presentó estos números rojos al tener que deteriorar acciones del Santander por 28,2 millones, que Botín llegó a tener valoradas a 5,48 euros por acción. En los últimos años, y a pesar del repunte experimentado en 2021, el banco ha experimentado una tendencia descendente en Bolsa, donde actualmente se cambia por debajo de los tres euros, lo que ha obligado a la presidenta del mayor grupo financiero de España a tener que ir corrigiendo la tasación de los títulos en cartera a su valor real.
Las recientes pérdidas de 27,5 millones se suman a los cerca de 30 millones de minusvalías adicionales que Botín acumuló entre 2015 y 2019, años en los que quiso transmitir a los inversores su esperanza en la mejoría de la cotización. La ejecutiva llevó a cabo una ampliación de 7.000 millones de euros en enero de 2015, sin derecho preferente para los accionistas minoritarios, a 6,18 euros por acción, el doble de su valor actual. Más adelante, en 2016, adquirió 8,07 millones de títulos a Bamifar, una entidad vinculada a la familia, a un precio de adquisición de 4,95 euros, lo que elevó el coste de la inversión a 39,98 millones. Después, en el verano de 2017, el Santander realizó otra petición de fondos a los inversores por 7.072 millones, a 4,8 euros, para financiar la compra del Banco Popular. Una operación a la que Botín, que por aquel entonces era dueña de forma directa de 18,4 millones de acciones, acudió con 8,44 millones de euros (1,76 millones de títulos) para no diluirse.
Todas estas adquisiciones la obligaron a reconocer ya en 2018 un primer deterioro de 29,3 millones, lo cual no fue obstáculo para que siguiera apostando por la remontada del banco en el mercado. Así, en 2019 y en 2020, destinó 15,7 y 10,76 millones para hacerse con 4,28 y 3,74 millones de acciones adicionales, respectivamente. En el último informe anual, Cronje reconoce haber solicitado una línea de crédito a Bankinter de 28,15 millones, préstamo cuya garantía son, precisamente, casi 18 millones de títulos del Santander. Desde que accedió a la presidencia de la tercera empresa del Ibex 35 por capitalización, la presidenta lleva acumulados deterioros por su inversión de casi 60 millones.
No obstante, la pasada semana, Botín anunció que se había hecho con dos millones de opciones sobre acciones, además de comprar directamente medio millón de títulos más, por los que ha pagado 1,3 millones, según la información remitida al supervisor bursátil. En paralelo a la compra de títulos, la ejecutiva ha ido adquiriendo opciones sobre acciones que le dan derecho a adquirir casi 5,66 millones al precio fijado en cada caso. En septiembre de 2020, compró 2,14 millones y 1,35 millones de opciones sobre acciones, a las que se suman los 2,16 millones de opciones de compra sobre acciones adquiridas el pasado miércoles y reportadas el pasado 17 de diciembre.
Recomendación de los analistas
Tras tres años de descensos, la cotización del Santander acabó 2021 con subidas superiores al 18%, lo que será un alivio para Botín y los cuatro millones de accionistas. Además, los analistas, un 60% de los cuales recomienda comprar el valor, le dan un precio objetivo de 3,81 euros, lo que supone un potencial de revalorización del 30% para 2022.