BBVA batió récords de beneficios en 2022, pero pudieron ser mayores. La crisis de precios en Turquía le costó unos 1.500 millones de beneficio en 2022 tras aplicar contabilidad por hiperinflación durante todo el ejercicio. Sin este efecto, el grupo habría rozado los 8.000 millones de ganancias, un nivel sin precedentes en los 165 años de historia del banco.
En países con los precios disparados, como en Turquía y Argentina, donde también tiene negocio BBVA, la regulación contable internacional recoge un cálculo especial en la norma 29. Es una reexpresión de los estados financieros para mostrarlos con una información más fiel en contextos de hiperinflación y desplome de la divisa local. Los precios en el país otomano se mantienen en niveles alto, con una tasa de inflación interanual del 64,3% en diciembre. Ahora bien, supuso un freno respecto al mes precedente, cuando el ritmo de crecimiento de los precios se acercaba al 85%.
Pero el comportamiento de la filial otomana fue mejor de lo esperado. Pese al impacto de la contabilidad por hiperinflación, generó 509 millones de euros de beneficios, un 31% menos que en 2021. Eso sí, ha pasado de contribuir el 13% al 6,9% a la cuenta del grupo.
"Habríamos ganando en Turquía 2.000 millones en lugar de los 500 millones", cuantificó ayer Onur Genç, consejero delegado de BBVA, y principal valedor de subir la apuesta en su país de origen frente a la fusión con Sabadell. El equipo directivo estimó una aportación casi nula de la filial de Turquía a las cuentas para 2022, pero el tipo de cambio de la lira turca jugó a favor.
BBVA ha invertido más de 8.000 millones en Turquía desde 2011. La filial ha pasado de aportar un 13% a las ganancias a menos de un 7% por la hiperinflación"
"El resultado incluye, entre otros, la pérdida de la posición monetaria neta por un importe bruto de 2.323 millones de euros, compensada parcialmente con el impacto bruto de los ingresos derivados de los bonos ligados a la inflación por 1.490 millones de euros, así como la incorporación del impacto de la aplicación del tipo de cambio puntual a 31 de diciembre", explicó el banco en el informe financiero que acompaña a las cuentas.
Tanto Genç como Carlos Torres, presidente de BBVA, siguen defendiendo a capa y espada la inversión de más de 8.000 millones en Turquía desde 2011. Desembarcó en el país con la compra de un 25,01% de Garanti a Dogus y General Electric. Y desde entonces ha aumentado su participación hasta hacerse con el 86% en 2022, cuando lanzó una opa voluntaria sobre las acciones que no controlaba.
"El entorno económico es altamente inestable, dada la combinación de una elevada inflación, unos tipos de interés reales muy negativos, la incertidumbre sobre la política económica, la presión sobre la lira turca, las elevadas necesidades de financiación externa y el actual contexto global y regional", admite el grupo. Aunque el servicio de estudios de BBVA prevé que la presión sobre los precios siga aflojando este año como consecuencia de un crecimiento moderado de la economía (ahora estima un aumento del PIB del 3%, cinco décimas menos que en la anterior estimación.
Cruz de los resultados
Otra cruz en los resultados récords de BBVA fue el negocio en España. La filial es la única que todavía no cubre el coste de capital, conocido en el argot financiero por sus siglas en inglés CoE. Se trata de una variable clave para analizar la viabilidad del negocio bancario y muestra si la actividad es rentable. El grupo ganó 1.678 millones en España, un 8,4% más, sobre todo por el aumento de los ingresos típicos y la contención de provisiones.
La aportación de la filial española supone el 23% del total, lejos del 57% con el que contribuye México, la locomotora del grupo. Y que lo será durante bastantes años, como sugirió Genç. BBVA concentra en España casi el 60% de los activos, pero para lograr que el beneficio se sitúe en este umbral "dependerá de muchos factores", dijo el consejero delegado, que no quiso aventurar cuándo se alcanzaría este nivel.