A finales de la semana pasada, cuando la acción de Banco Popular comenzó a desplomarse de forma determinada, el Fondo de Reestructuración (Frob) ya tenía claro que podría haber un rescate exprés de la entidad. Así lo han reconocido fuentes del fondo de rescate español, que han explicado que el sábado se inició el proceso de venta paralelo al privado que manejaba la entidad con JPMorgan, y que antes había contratado un asesor independiente.
Desde el Frob señalan que la prioridad ha sido proteger la estabilidad financiera, los recursos públicos y a los depositantes, y que una caída de Popular hubiera generado problemas serios al país.
El rescate exprés de Popular con venta a Banco Santander cumplió tres normas: esperar a que no hubiera solución privada; que fuera mejor para el sector esta vía que el concurso ordinario; y que los primeros en soportar pérdidas fueran los accionistas y acreedores, para no usar dinero público.
Fuentes del Frob han aclarado, al contrario de lo que explicó ayer Banco Santander, que ha sido tarea de Ana Botín cesar al antiguo consejo de administrado de Banco Popular, liderado por Emilio Saracho, tal y como adelantó este medio.
Desde el fondo de rescate han desvelado que Popular tenía el pasado lunes depósitos de clientes por valor de 60.000 millones, de los que la mitad eran de clientes particulares de menos de 100.000 euros. Esta cifra, según AEB, se habría reducido en cerca de 12.000 millones en el año.