La caída del Popular comienza mucho antes de su resolución. La ampliación de capital de 2016, el cese de Ángel Ron, la incorporación de Emilio Saracho, la polémica Junta General de Accionistas y la fuga de deposito han sido el preámbulo de una muerte anunciada, que se constató el 7 de julio de 2017

El supervisor bancario considera que Popular se saltó sistemáticamente la normativa contable española, infló tasaciones de activos, refinanció a promotoras en quiebra y usó sociedades opacas en Luxemburgo para reflotar a empresas morosas, lo que alteró los resultados del grupo durante años