Un coste de casi 2.000 millones de euros. El impuesto a la banca, ideado en un inicio con carácter extraordinario para 2023 y 2024, tendrá una factura total de 1.881 millones de euros para los tres grandes bancos españoles: CaixaBank, Santander y BBVA. Se trata de una estimación de Goldman Sachs, que calcula que estas tres entidades pagarán 1.059 millones en 2024 frente a los 822 millones abonados este año.
En un informe remitido a inversores, el gigante de la banca de inversión prevé que CaixaBank contabilice en las cuentas del primer trimestre de 2024 unos 480 millones por el impuesto, que grava el 4,8% de los ingresos típicos y comisiones.
El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri ya se ha beneficiado casi al completo del ciclo histórico de las subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE), aunque Goldman aún espera que el margen de interés, que mide el negocio típico, crezca alrededor de un 3% en 2024. En cuanto a las comisiones por la venta de productos financieros, la otra partida que se incluye también en el universo del impuesto, prevé que se congelen respecto a este año.
"Santander y BBVA pagarán otros 290 millones cada uno el próximo año por el aumento de los ingresos gracias al BCE
CaixaBank cargará contra sus cuentas del primer trimestre de 2024, según el banco de inversión de Wall Street, unos 480 millones, casi un 30% más que los 373 millones que anticipó en los primeros meses de 2023.
Esta estimación irían en línea con la factura que Goldman considera que tendrán que afrontar los otros dos grandes competidores: Santander y BBVA. Ambos pagaron casi una cifra idéntica en 2023 (224 millones el primero y 225 el segundo), que ascenderá a unos 290 millones para cada uno el próximo ejercicio, según las estimaciones del banco de inversión.
¿Será permanente o habrá un nuevo diseño?
Pedro Sánchez anunció en 2022 que el impuesto al sector bancario sería extraordinario, aunque el PSOE y Sumar ya anticiparon en su pacto de investidura que tratarían de hacerlo permanente. Este planteamiento se descontaba desde hacía tiempo en el seno del BCE, que consideraba realmente difícil renunciar a una fuente de ingresos en un momento en el que las reglas fiscales comunitarias se volverán a activar.
"El sector advierte de que los ingresos caerán en 2025 una vez que se absorban plenamente las subidas de los tipos de interés
“Revisaremos los gravámenes sobre la banca y las empresas energéticas con el objetivo de readaptarlos y mantenerlos una vez que expire su periodo de aplicación actual, para que ambos sectores sigan contribuyendo a la justicia fiscal y al sostenimiento del Estado de bienestar", recogían en su acuerdo de Gobierno PSOE y Sumar, que constaba de 230 medidas.
No está claro si se mantendrá el diseño actual o el impuesto se cargará directamente contra beneficios, lo que impediría que una entidad entrara en pérdidas por el nuevo gravamen.
Goldman da por finalizado el impuesto
Ahora bien, Goldman Sachs todavía no incluye en sus previsiones de cara a 2025 esta posibilidad y trabaja como escenario central con que el impuesto desaparecerá a finales del próximo año. Eso sí, advierte a los inversores de que una extensión o un rediseño del gravamen supondría un “riesgo a la baja” en las recomendaciones de inversión sobre las entidades españolas.
Los banqueros españoles han advertido a Sánchez de que alargar el impuesto provocará inseguridad jurídica, porque, como dijo el presidente del Gobierno, estaba diseñado como medida extraordinaria por el cambio de ciclo en la política monetaria. Y alertan de que les penalizará en Bolsa y alejará a los inversores, como alertó recientemente Onur Genç, consejero delegado de BBVA.