“Dimos instrucciones de que las cláusulas fueran explicadas al cliente por parte del notario. Tenemos la conciencia de que fueron transparentes, son válidas”. Así de rotundo se ha mostrado Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell sobre la polémica de las cláusulas suelo. La sentencia europea ha provocado que la entidad eleve sus provisiones genéricas para este asunto hasta 410 millones, tras dotar 130 millones extra a finales de 2016.
“Lo hemos hecho para que los auditores estén contentos, cubriendo el peor de los casos. Ya es un tema zanjado”, ha añadido. Sabadell no ha provisionado el impacto de aquellas cláusulas de clientes morosos ni los que han alcanzado un pacto de renegociación con la entidad.
Oliu también ha defendido la actual ley hipotecaria: “Yo creo no que no hace falta una reforma, pero no es un tema mío”.
Respecto a Trump y el Brexit, Oliu cree que no tendrá efecto en sus filiales en EEUU y Reino Unido, aunque reconoce que el impacto será mayor en México, donde la entidad ha decidido retrasar un año la implantación de su banco minorista.
El presidente de Sabadell también se ha referido al plan estratégico recientemente concluido, con el que no ha logrado la meta de beneficio de 1.000 millones. Según Oliu, las cláusulas suelo han restado 130 millones, la circular de provisiones, 350 millones y BCP, otros 100 millones. Y, además, “la previsión de 1.000 millones se hizo con un escenario de tipos muy optimista”. “En realidad, los resultados del banco han hecho más de lo previsto, el subyacente va más allá de los 1.000 millones prometidos”, ha añadido.
Oliu ha aclarado que el banco no se está planteando llevar su domicilio social fuera de Cataluña: “No tenemos ninguna intención. Estoy molesto por la politización que se está haciendo de este asunto”.
Oliu ha hecho estas declaraciones durante la presentación de resultados de 2016, año en el que el banco ganó 710,4 millones de euros, un 0,3 % más que el año anterior, tras realizar dotaciones por importe de 1.427 millones de euros, que incluyen el impacto de las cláusulas suelo.
El banco, que en 2015 integró al británico TSB, ha mejorado en este período su margen de intereses un 19,8 %, hasta los 3.837,7 millones de euros, y ha situado su ratio de morosidad en el 6,1 %, un punto y medio por debajo que hace justo un año.