Sareb se acerca a un tercio de su vida con nuevos retos que castigan sus cuentas. Si en los primeros ejercicios tuvo que enfrentarse a las minusvalías de activos que las entidades con problemas le transmitieron sobrevalorados, en 2016 tuvo que superar un mercado cada vez más competitivo y costes cada vez mayores, por las comisiones a sus gestores (servicers), impuestos y gastos de comunidad de vecinos.
El resultado de todo esto fueron unas pérdidas de 663 millones el año pasado, frente a los 103 millones en números rojos de 2015. La buena noticia para Sareb es la modificación de su régimen contable que introdujo el Gobierno a finales del año pasado, que ha salvado patrimonialmente a la sociedad presidida por Jaime Echegoyen. Con ello, y tras deducir las pérdidas de 2016, Sareb mantiene un colchón patrimonial de 4.000 millones de euros, con los que afrontar números rojos en los próximos años sin necesidad de nuevas ayudas públicas.
Entre las claves de estas pérdidas de 663 millones, Echegoyen ha destacado una: "Hemos acelerado el paso de reducir activos sin capacidad de revalorización. Era el momento de hacerlo. No es cuestión de esperar al minuto".
El presidente de Sareb ha especificado que se trata de entre 800 y 900 millones en deuda en la que se han alcanzado acuerdos con los promotores morosos. Dentro de esta cantidad, había muchos créditos con garantía personal, no inmobiliaria, que "salvo que le toque la lotería al deudor sería muy difícil de recobrar", explica Echegoyen. También figuran préstamos participativos y otros en los que Sareb era el segundo o tercer acreedor por orden de prelación.
Ingresos y costes
Esta situación ha hecho que los márgenes se vean frenados hasta casi la mitad, pasando de 1.237 millones hasta 664 millones.
Mientras, los costes crecieron un 12%, hasta 683 millones. De esta cantidad, 236 millones son por comisiones de gestión, 197 millones por impuestos (IBI, IVA, Plusvalías...) y 90 milllones por comunidades y mantenimiento.