El Banco de España se ha unido a la avalancha de revisiones a la baja de previsiones económicas. El supervisor estima ahora que el PIB crecerá un 2,6% este año, una décima por debajo de que esperaba antes del verano. El año que viene el crecimiento se moderará al 2,2% y en 2020 bajará al 2%. "La fase expansiva se prolongará, pero a un ritmo menor", sostienen fuentes del organismo.
El supervisor sigue así la estela que han dejado otros organismos en una oleada de rebajas de previsiones que está poniendo contra las cuerdas al Gobierno de Pedro Sánchez, que se resiste a revisar su cuadro macroeconómico, que heredó de Mariano Rajoy, pero que tendrá que acabar tocando antes o después.
AFI, Funcas, el consenso de expertos... muchos organismos han dado ya este paso, lo que evidencia que se advierten nubarrones en el horizonte que invitan a la cautela sobre las previsiones de crecimiento de la economía española. Si el Gobierno presenta finalmente los Presupuestos en octubre o noviembre, es probable que tenga que aprovechar la ocasión para rebajar sus cifras.
El deterioro de los mercados exteriores y la evolución del crudo están detrás de la rebaja de cifras
Según el Banco de España, el deterioro de las previsiones se debe, sobre todo, a la evolución de los mercados exteriores y al precio del petróleo, pero también ha recortado las previsiones del consumo interno y la inversión. Las exportaciones e importaciones también se comportarán peor de lo previsto hace tres meses.
Aún así, fuentes del organismo han querido quitar hierro al asunto: "Las revisiones de una magnitud relativamente modesta", insisten en subrayar, tras asegurar que la traslación de la peor evolución de los mercados exteriores está teniendo un impacto gradual sin generar en ningún momento un auténtico parón de la economía.
A pesar de la moderación del crecimiento, el supervisor asegura que el PIB seguirá siendo intensivo en términos de creación de empleo, lo que dará lugar a nuevos descenso de la tasa de paro, que se situará ligeramente por debajo del 12% a finales del año 2020.
La reducción del endeudamiento público será lenta, lo que hará que el déficit siga por encima del 2% en 2020 y la deuda por encima del 95%
En materia de déficit, el Banco no ha incorporado información sobre las posibles medidas que pactará el Gobierno con Unidos Podemos en las cuentas de 2019 y se ha limitado a revisar las cifras partiendo de la evolución del déficit en lo que va de año. Con esos datos, estima que el desfase final de las cuentas se quedará en el 2,8% en 2018, frente al 2,7% que estimaba antes y que espera el Gobierno.
En 2019-2020 espera un tono de política fiscal "claramente expansivo", así que considera que la reducción del déficit estos años será "bastante lenta", lo que hará que el desequilibrio siga por encima del 2% en el año 2020 y que la deuda pública siga por encima del 95%. Aunque aún no hay información sólida por la falta de Presupuestos.
Los riesgos
En cualquier caso, lo cierto es que este escenario no está exento de riesgos. En el plano interno, de hecho, persiste la incertidumbre sobre la orientación futura de las políticas económicas en un contexto de elevada fragmentación parlamentaria. Además, hay pocos avances en la corrección del endeudamiento público, lo que supone un "elemento relevante de vulnerabilidad".
"Es necesario retomar una agenda de reformas estructurales que impulse el potencial crecimiento de la actividad y el empleo de la economía española", sostiene el supervisor, para quien un hipotético repunte de la incertidumbre asociada a Cataluña representa un riesgo adicional para el crecimiento, sobre todo en esa comunidad autónoma.
