Después de 15 horas de interrogatorio a los dos peritos del Banco de España, ninguna de las partes ha logrado desmontar el argumento defendido en los dos informes de que las cuentas del grupo BFA-Bankia eran falsas en el momento de la salida a Bolsa. El verdadero meollo de estos tres días de preguntas ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que puede suponer el inicio de miles de demandas contra el banco cotizado. En la tercera jornada de declaraciones, los peritos dejaron patente la mala gestión de los riesgos llevada a cabo por el consejo de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, presidido por Rodrigo Rato.
Los dos técnicos han acusado al ex presidente y sus consejeros de "realizar una pésima calidad del seguimiento del riesgo de crédito de BFA o incluso su carencia", según explican fuentes jurídicas presentes en las declaraciones. Los peritos basaron estas afirmaciones tras estudiar la política que ejerció BFA con sus acreditados. Así, en la muestra que recibieron de Deloitte, un total de 137 acreditados, en 58 de ellos, que representaron un volumen de 1.366 millones, no existían estados financieros. "Algo extraordinariamente significativo", recalcaron los peritos. Mientras, en 91 de estas empresas estudiadas, que representaron un total de 2.684 millones, y la mayoría relacionadas con el sector promotor, no existían valoraciones de las garantías que sustentaban a los créditos.
Tanto Víctor Sánchez como Antonio Busquets se reafirmaron en que el Consejo de BFA era el verdadero responsable de la política contable de la entidad. De esta manera, los peritos salvaron la labor tanto del Banco de España como de la auditora Deloitte. "El Banco de España sólo tiene obligación de supervisión, que implica un control sobre la solvencia no de la contabilidad", sostuvieron los peritos.
Uno de los peritos aseveró que el "deterioro en el Banco de Valencia era el más evidente que había visto en su vida como inspector del Banco de España"
Los peritos basan su acusación en que si en diferentes reuniones del Consejo, según se desprende de varias actas de diciembre de 2011, se alertó de la situación de riesgo que existía en las participadas de BFA, en las que se llegó a utilizar términos como insolvencia, "también debían conocer el deterioro de los créditos y del Banco de Valencia". Precisamente, de la entidad levantina, Sánchez aseveró que "el deterioro en el Banco de Valencia era el más evidente que había visto en su vida como inspector del Banco de España".
Luis Jordana, abogado de Bankia, inició el interrrogatorio cuestionando las conclusiones de los peritos sobre el uso de provisiones genéricas y específicadas. Los técnicos reiteraron que las provisiones genéricas del grupo estaban agotadas antes de que el nuevo equipo solicitase la ayuda al Estado por valor de 19.000 millones. "Sería como mínimo chocante", explicaron los peritos, "que no se hubieran agotado todas las genéricas antes de pedir las ayudas públicas".
Sobre la salida a Bolsa, los peritos apenas tuvieron que contestar a preguntas. Explicaron que no encontraron ningún motivo para defender que los 3,75 euros por título no respondiese a un precio de mercado y que consideraban lógico que Francisco Verdú, CEO en el momento del salto al parqué, firmase el folleto de salida a Bolsa habida cuenta de que ni las 7 cajas ni Bankia habían tenido salvedad alguna en sus auditorías.
Los peritos, ante las preguntas del abogado de Rato, negaron haber estado condicionados por los documentos del Banco de España sobre la situación del grupo, para ejercer sus conclusiones. Confirmaron que conocieron estos escritos pero que no les impidió ser "independientes en sus opiniones".
Los técnicos soportaron el bombardeo de preguntas de otros imputados como José Luis Olivas, Francisco Verdú, José Manuel Fernández Norniella, José Antonio Moral Santín, Alberto Ibañez o Francisco Pons. Las declaraciones continuarán este jueves con las preguntas del resto de acusaciones