El equipo de análisis de Bankinter no ha visto con buenos ojos la subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE) y así lo ha dejado reflejado en el Informe de Estrategias y Perspectivas del tercer trimestre. En dicho escrito, la entidad naranja considera que la "falta de ritmo" del BCE "lleva a pensar que, cuando actúe, la economía ya estará desacelerando inercialmente".
Esto provocará que "las subidas de tipos que aplique supondrán más un problema para la economía europea que una solución contra la inflación a corto plazo. Como consecuencia de ello, el ciclo económico europeo se desacelerará, pudiendo llegar a frenarse de forma seria", expone Bankinter.
Lo cierto es que estas críticas del equipo de análisis van en concordancia con el sentir del mercado, que augura un otoño caliente, tras un verano de mucho consumo. De hecho, la probabilidad de que las economías europeas entren en recesión ha aumentado en 10 puntos hasta el 30%, según el mismo informe.
En el caso concreto de España, Bankinter augura una desaceleración del consumo privado provocado por el impacto de la inflación y el aumento de los gastos financieros sobre la capacidad real de gasto de los hogares. También ha revisado al alza el dato de inflación hasta el 7,4% en 2022; del 3,3 en 2023; y del 2% para 2024.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ya marcó en su hoja de ruta el mes de septiembre para controlar la inflación y habló por primera vez de una subida de tipos superior a 25 puntos básicos en ese mismo mes si los precios no daban tregua y las herramientas antifragmentación dan sus frutos.
No obstante, Luis de Guindo comentó que el BCE ya trabaja también con un escenario adverso en el que Europa entra en recesión si las presiones inflacionarias y la guerra no cesan.
Por el momento, el supervisor no trabaja sobre esta tesis pero no descarta realizar ningún movimiento extra para proteger la estabilidad financiera. "En este momento ponerse en el peor de los mundos no es lo más adecuado, pero nosotros estamos preparados para tomar todo tipo de medidas, aunque por ahora no se plantea ninguna actuación de esa naturaleza", ha aclarado.
El BCE y su obsesión del 2%
La meta final del supervisor europeo es luchar contra los niveles de inflación actuales, que preocupan y esperan se estabilice en 2024. Asimismo, ha afirmado que la política monetaria tiene que ir acompañada de una política fiscal, que tiene que ser diferente a la que ha habido hasta el momento.
Luis de Guindos ha agregado que si el plan de fragmentación funciona correctamente será una buena noticia porque la política monetaria tendrá más margen de actuación, lo que hace pensar que es probable que se produzcan subidas más rápidas o más abruptas.