Ni el independentismo ni los gobiernos municipales de izquierdas de Madrid y Barcelona asustan, en teoría, a los inversores internacionales, que siguen viendo en España un buen espacio para realizar inversiones inmobiliarias en un entorno de tipos cero, donde la rentabilidad inmobiliaria es una de las opciones preferidas para los capitales. Concretamente la capital catalana ha aglutinado hasta agosto de 2015 1.204 millones de euros en inversión, por lo que se superarán con seguridad los números de 2008 y se aproximarán a la situación que había en 2007, según un informe de mercado de oficinas realizado por BNP Paribas. El escenario de posible independencia de Cataluña parece no ser tenido en cuenta por el dinero extranjero que elige Barcelona: "Sólo uno de los fondos extranjeros ha decidido retrasar su inversión hasta después de las elecciones generales. El resto mantienen unos planes ambiciosos tanto en Madrid como en Barcelona".
Los inversores se fijan más en el entorno de tipos cero y la escasez de oferta en los centros que en una inestabilidad política que parece crónica
Este dato, que se repite en Madrid (ha recibido hasta la fecha 3.700 millones de inversión en 2015, lo mismo que en todo 2008) tiene por lo menos dos lecturas. La primera: los inversores minimizan los problemas económicos y la destrucción de valor que generaría una ruptura entre Cataluña y el resto de España. La segunda: ven directamente imposible que suceda, por lo que no es uno de los escenarios con los que trabajen, aseguró el presidente de BNP Paribas Real Estate -uno de los principales agentes del sector en España- Jesús Pérez. Hay que tener en cuenta que durante estos años de hecatombe, Barcelona no ha sufrido, por lo general, tanto como Madrid en llegada de inversiones para inmobiliario. Desde que cristalizó el desafío a la legalidad de la Generalitat presidida por Artur Mas (2012), la inversión extranjera en 'ladrillo' barcelonés ha pasado de 400 millones en todo 2012 hasta los más de 1.500 con los que cerrará este año.
De esta forma el dinero, que suele ser calificado de 'miedoso', parece no tener miedo a un escenario turbulento en Cataluña. De otra forma no sería el dinero foráneo que estaría moviendo el mercado de las dos principales ciudades españolas, pues dos de cada tres euros invertidos en el inmobiliario de Madrid y Barcelona vienen de fuera, especialmente a través de los vehículos inversores de las socimis, que buscan comprar propiedades para sacarles rentabilidades a través de alquiler. Se espera que la creación de empleo para el sector que trabaja en oficinas sea fuerte en los próximos meses, con 21.000 personas en Barcelona y 31.000 en Madrid. Esto aumentará la demanda en 84.000 metros cuadrados y 100.000 metros cuadrados, relativamente, por lo que "el impacto será mucho mayor en Barcelona, que tiene menos superficie disponible y crecerá con notable fuerza".
Un análisis de los datos parece certificar que Madrid tuvo una burbuja de contrataciones enorme de forma previa a la crisis, cuando el máximo fue 2007 y la inversión en la capital del país fue hasta 4 veces la inversión en Barcelona. Con la crisis esta tendencia se invirtió y durante varios años la inversión en Barcelona supero a la de Madrid. Ahora parece volverse a una situación intermedia, con Madrid superando ligeramente, los metros cuadrados contratados de la Ciudad Condal, si bien en número más parejos.
Indicador adelantado
La contratación de espacio para oficinas suele valorarse como un indicador adelantado de la evolución de la economía de una ciudad. En España sólo estas dos ciudades mencionadas tienen una relevancia internacional como lugares para inversión terciaria, movidas sobre todo por grandes multinaciones en Madrid y por empresas más pequeñas, de carácter tecnológico e innovador, en distritos como el 22@ en Barcelona. Los inversores que apuesten por Barcelona y los que ya están allí podrían esperar un aumento de hasta el 15% en las rentas de las zonas más prime de la ciudad, que son el citado 22@, Diagonal, Paseo de Gràcia y Plaza de Europa. En Madrid la zona prime es bastante más amplia: "dentro de la M-30 vale todo", aseguran.
Pérez ha negado que los inversores estén generando una nueva burbuja inmobiliaria en el país, dado que los precios están un 40% por debajo de lo que había antes del pinchazo de la burbuja, si bien el volumen total de inversión se mantiene.