La opa hostil de BBVA al Sabadell está removiendo los cimientos en el negocio en Cataluña. Ambas entidades están desatando una guerra comercial sin precedentes en la región y, de momento, están logrando repeler al resto de competidores, como el Santander y CaixaBank, según trasladan a Vozpópuli distintas fuentes financieras.
Como publicó este medio, tanto BBVA como el Sabadell están desplegando una ofensiva en crédito para evitar la fuga de clientes y de negocio. “Sí, hay una competencia tremendamente importante en Cataluña”, confirmó ayer Héctor Grisi, consejero delegado del Santander. Fue precisamente el primer ejecutivo bancario que advirtió el pasado mes de julio de que la opa abriría una oportunidad para la competencia.
“A río revuelto, ganancia de pescadores”, parafraseó Grisi hace unos meses. Pero el consejero delegado del Santander dejó claro ayer que la entidad no tratará de arañar cuota en la región catalana a cualquier precio. Y prometió que se regirá por una política “prudente”. “Estamos siendo muy conservadores”, desveló.
Una consideración compartida por otro de los grandes bancos, como CaixaBank. “Es imposible hacer negocio en Cataluña”, reconocen fuentes próximas al banco de origen catalán. En caso de que triunfe la opa, que tiene que obtener la luz verde de al menos del 50,01% de los accionistas del Sabadell, BBVA concentraría alrededor del 40% de la cuota de mercado en Cataluña.
La CNMC analiza si autorizar la opa en primera o segunda fase. En el segundo caso, el Gobierno tendría la oportunidad de intervenir en el proceso.
Con este paso adelante, el grupo de La Vela provocaría un vuelco histórico en la región catalana y superaría a CaixaBank, que controla alrededor del 35% del negocio en el territorio.
A la espera de la oportunidad
No obstante, los rivales de BBVA y Sabadell aguardan al momento oportuno para aprovechar la incertidumbre entre la clientela por la opa. “Estaremos a la espera. Creemos que habrá oportunidad”, reafirmó.
Competencia examina la opa para decidir si la aprueba con condiciones en primera fase o pasa a segunda, lo que retrasaría la operación al menos a primavera. BBVA está echando el resto para tratar que la CNMC autorice la opa con compromisos más leves que sigan justificando la fusión. Aún así, en el grupo de La Vela se asume que inevitablemente los plazos presentados al anunciar la oferta se pueden dilatar más de lo previsto.
BBVA se mira en el espejo de CaixaBank y Bankia, aunque con la clara diferencia de que esa fusión fue amistosa entre las cúpulas. Incluso en ese caso, Competencia tardó ocho meses en autorizar en fase 1 la operación.
Injerencia del Gobierno
De entrar en segunda fase, Competencia tendría otros tres meses con potestad además para detener el reloj si lo considera oportuno. Y el Gobierno podría imponer condiciones a la opa alegando razones de “seguridad nacional”, entre otras, y al margen del poder de veto que tiene Moncloa en la última parte del proceso si BBVA obtiene el aval de la mayoría de los accionistas del Sabadell.
Precisamente, Bruselas ha pedido explicaciones al Gobierno por su rechazo a la opa. La Comisión Europea (CE) ha abierto un procedimiento para investigar los indicios de injerencia política en la operación. Desde que se conocieron los planes del grupo de La Vela, Moncloa defiende sin fisuras una oposición frontal a la opa y amenaza con vetar la integración en caso de que los accionistas de la entidad catalana acepten el canje propuesto.
Desde Competencia se insiste en que se continúa trabajando en el análisis de los posibles problemas de competencia que podría generar la operación de concentración en determinados mercados. Fuentes oficiales de Competencia aclaran que el procedimiento continúa en su primera fase y que la tramitación tiene carácter “confidencial”.