Las tímidas señales de la recuperación económica en España han tenido un efecto multiplicador en los resultados de las divisiones nacionales de BBVA y Santander. Después de tres trimestres consecutivos en pérdidas, y dos años consecutivos en números rojos por el empacho inmobiliario, la entidad presidida por Francisco González vuelve a ganar dinero en España, una vez descontado el lastre del ladrillo. Una dinámica que también ha firmado Santander hasta marzo. Ninguna de estas dos entidades han contabilizado extraordinarios en este primer trimestre, lo que refuerza la mejoría del negocio puramente bancario.
BBVA logró unos beneficios en España de 155 millones en este primer trimestre, frente a los 105 millones del Santander. Pese a ser cifras aún modestas, en ambos casos, se observa el mismo cambio de tendencia: España vuelve a ganar peso en la aportación de los resultados del grupo. El negocio bancario de BBVA (386 millones) menos el lastre de su 'banco malo' (-231 millones) suponen el 15% de los beneficios del grupo. El Santander calca prácticamente la aportación (14%) fraguada en unos beneficios del negocio de 251 millones frente a unas pérdidas de 146 millones en su actividad inmobiliaria.
En el sustrato de esta mejora aparecen los mismos elementos: la mejora de los diferenciales de clientes, la reducción, por primera vez desde el inicio de la crisis, de las entradas netas en mora, la incipiente recuperación del crédito y la importante reducción de gastos. "No hubiéramos podido lograr estos resultados en España sin la rebaja en los gastos de explotación (7,9%)", aseguró Ángel Cano, CEO de BBVA, en la presentación de resultados del grupo en este primer trimestre.
Creciente peso de España en los beneficios de ambos bancos
Pese a la desaparición del impacto positivo de las cláusulas suelo, en el entorno de 150 millones, BBVA ha logrado aumentar su margen de intereses en un 4,3% y su margen bruto en un 28,3% en el trimestre. Un incremento que ha sido consecuencia de los elevados ROF en España. Cano ha puesto en valor el “inicio de la recuperación” del negocio en España que se multiplicará en próximos trimestres. El objetivo del banco, no obstante, es que el mercado doméstico represente entre el 28% al 30% del total de las ganancias en dos años. Una cifra que son inferiores a la proyección que dibujó el presidente de la entidad el pasado enero. Entonces, González aseguró que el peso de España en los beneficios sería del 50% en 2016. En ese año, Santander prevé tener unos beneficios en España de 3.000 millones.
La división nacional construye la reducción de las entradas en mora del grupo, que descienden en un 25% en tasa interanual. De hecho, el banco ha reducido en 1.100 millones el saldo de dudosos en los dos últimos trimestres a nivel grupo, de los que 700 millones se debió al negocio inmobiliario en España. La tasa de mora general se reduce hasta el 10%. Sin embargo, aún se mantienen elevadas la mora inmobiliaria que se eleva hasta el 65% (76% de morosidad ampliada con subestándar). En este sentido, la exposición neta inmobiliaria del banco asciende a 14.169 millones hasta marzo, lo que supone un descenso del 8% en la comparación interanual.
El ascenso de España ha contribuido también a la redistribución de los pesos entre las economías emergentes y desarrolladas del grupo. El margen bruto del grupo BBVA se repartió, hasta marzo, entre un 45% aportado por los países desarrollados y un 55% por los emergentes. En los últimos trimestres, la ecuación se mantenía en un 60% para emergentes y 40% desarrollados.
Este cambio de tendencia también se manifiesta en el Santander por el mayor crecimiento de España y Reino Unido (20% de los beneficios), especialmente, junto al descenso de la aportación de Brasil, que se rebaja al 20% frente a aportaciones por encima del 30%. Precisamente, la operación de compra del 25% de la filial brasileña obecede a una intención de aguantar su aportación al grupo mediante el aumento de participación del grupo.