El Plan de Energía y Clima que los estados miembros deben remitir a la Comisión Europea se ha convertido en un problema enquistado para el Gobierno, que no consigue sacar adelante un documento que debería haber entregado a finales del pasado año. El Ejecutivo sigue dando largas sobre la fecha de su remisión a Bruselas, a la espera de novedades sobre los Presupuestos Generales del Estado, cuyo bloqueo deriva en una falta de concreción económica del Plan que Moncloa quiere corregir antes de darlo por cerrado.
En la actualidad, España es uno de los siete países miembros que aún no ha hecho llegar a la Comisión Europea un documento que marcará las líneas fundamentales de la política en materia de Energía, con especial referencia a la transición hacia una economía descarbonizada. Desde los primeros días de enero, tanto la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, como el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, aseguran que el cierre del Plan y su remisión a Bruselas es inminente, cuestión de días. Pero sigue sin haber novedad.
La pasada semana, en el marco de la presentación del balance del sistema eléctrico publicado por Red Eléctrica, Domínguez apuntó que el Plan sería enviado a Bruselas en el transcurso del presente mes de febrero, sin referentes temporales más concretos. Este miércoles tendrá lugar el debate de Presupuestos en el Congreso, aunque las posibilidades de que salgan adelante es escasa, dado que el Gobierno no ha logrado hasta ahora sumar los apoyos necesarios para obtener la mayoría necesaria.
Podría enviarse sin PGE
Sin el elemento presupuestario, el componente económico del Plan se complica. España podría enviarlo al Gobierno comunitario sin necesidad de que las cuentas públicas ser aprobaran pero su cumplimiento quedaría a expensas de lo que posteriormente ocurriera con los Presupuestos.
Bruselas también tiene su propio calendario para analizar el Plan de cada país, hacer las observaciones oportunas y aprobar la versión definitiva. El plazo vence a finales de 2019 aunque hay que tener en cuenta que la actividad de la Comisión se detendrá durante un tiempo como consecuencia de las elecciones europeas de mayo, que darán lugar a un nuevo Parlamento.
Diálogo fluido
"La relación con el Gobierno español es muy buena y hemos trabajado juntos en algunos aspectos como la adecuación del papel del regulador en materia de los peajes", aseguró el comisario de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete en una reciente visita a España en la que también instó al Ejecutivo a agilizar cuanto antes los trámites para tener listo el Plan a la mayor brevedad posible.
La comunicación entre el Arias Cañete y la ministra Ribera y su equipo es, en efecto, fluida aunque el comisario no es especificó si el Gobierno español le había dado algún tipo de explicación para justificar el retraso a la hora de presentar el Plan, que se tramita junto con otro documento trascendental: la Ley de Transición Energética, cuyos primeros borradores ya han generado algunas polémicas, en especial en lo referente a la intención de prohibir la fabricación de vehículos de combustión a partir de 2040.
El Gobierno trabaja a marchas forzadas mientras espera la aprobación de los Presupuestos y también mientras trata de perfilar los acuerdos alcanzados con Unidos Podemos en materia energética, que quedaron plasmados en un documento firmado por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el líder de la formación morada, Pablo Iglesias, y que el proyecto de las cuentas públicas dejó un tanto disminuido. Incumplido el compromiso de entregar el Plan en plazo, ahora se trata de no agotar la paciencia de Bruselas. O de no agotar la legislatura comunitaria.