Reino Unido ya ha celebrado el referéndum sobre la permanencia en la UE y el peor de los augurios se ha cumplido: los británicos han decidido abandonar la UE y caminar en solitario. La Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) incorpodó el mes pasado a su tradicional revista Cuadernos de Economía un análisis de Nick Greenwood, de Analistas Financieros Internacionales, sobre las problemas que esto supondría para Reino Unido, para la Unión Europea y para España.
Greenwood advierte de que uno de los sectores más perjudicados sería el financiero, puesto que la inversión española en Reino Unido es especialmente importante. De hecho, sostiene que, de todos los países europeos, el sector bancario español es el que tiene las mayores inversiones en la banca privada de Reino Unido, solo por detrás de EE.UU. Estas exposiciones se canalizan a través de dos bancos cuyas entidades británicas representaban entre el 21% y el 28% del activo total y entre el 25% y el 28% del beneficio neto en el primer trimestre de 2015. En el informe no se dan los nombres, pero se refiere al Banco Santander y al Banco Sabadell.
Más morosidad y menos resultados
Según Greenwood, los bancos de la UE con exposición a Reino Unido podrían enfrentarse al contagio mediante un incremento de la morosidad y menores contribuciones a sus cuentas de resultados de las operaciones con Reino Unido. Además, si el PIB se corrigiera de forma extrema, podría ser necesario transferir capital a entidades británicas.
Fráncfort o París podrían intentar competir con Londres, pero reproducir su modelo financiero sería difícil
A largo plazo, el experto de AFI asegura que otras capitales financieras de la UE, como Fráncfort y París podrían intentar competir con Londres, sobre todo si Reino Unido ya no puede ofrecer acceso automático a la UE. Sin embargo, reproducir el ecosistema londinense no sería sencillo y podría elevar los costes de financiación para las empresas de la UE a corto plazo.
Pero no solo el sector financiero sufrirá el Brexit, otras parcelas de la inversión se verían afectadas, puesto que Reino Unido es el principal destino de los flujos salientes de inversión directa extranjera de España y representa el 14% del total de las salidas españolas. España también invierte mucho en telecomunicaciones y suministro energético. Por su parte, Reino Unido es el quinto mayor inversor en España, con fuertes inversiones en telecomunicaciones y tabaco.
Este problema se extenderá al resto de la UE, puesto que la depreciación de la libra y la menor confianza podrían debilitar las inversiones de la UE en Reino Unido y generar riesgos de contagio si el PIB británico se contrae. A largo plazo, Reino Unido podría perder su atractivo como destino de inversión, lo que podría repercutir en el mercado de la UE en su conjunto para los inversores extranjeros.
Exportaciones e importaciones
Y hay otras conexiones entre España y el Reino Unido. La economía española mantiene un superávit comercial con los británicos por valor del 1,3%, tanto en la balanza de bienes como de servicios. De hecho, Reino Unido es el cuarto mercado más importante para las exportaciones de productos españoles y representa un 7,3% del total. Es especialmente relevante para las exportaciones relacionadas con el sector del transporte (automóviles, trenes y aeronáutica) y el alimentario (frutas y verduras).
Este problema también se extenderá al resto de la Unión Europea. A corto plazo, el Brexit puede afectar a la demanda británica de importaciones de toda la UE y a largo plazo la introducción de aranceles y barreras no arancelarias perjudicaría los flujos comerciales, con consecuencias negativas para ambas partes, aunque más duras para el Reino Unido, puesto que la UE representa el 44% de sus exportaciones.
Los turistas británicos podrían ver limitado su acceso a los sistemas sanitarios de la UE
Dejando de lado las inversiones y las operaciones comerciales, la salida del Reino Unido puede afectar considerablemente a los servicios y al turismo en España por ser un fuerte receptor de turistas británicos. Solo el año pasado, 15,8 millones de personas procedentes de Reino Unido visitaron España y coparon el 21,1% del gasto turístico total en ese período.
Y no solo eso, Greenwood sostiene que entre 800.000 y 1.000.000 de británicos viven al menos una parte del año en España, la mayor parte de ellos de bastante edad y con una fuerte dependencia del sistema de la Seguridad Social. Tras el resultado del referéndum de este jueves, estos grupos podrían ver limitado su acceso a los sistemas sanitarios europeos.
Caída del PIB de entre el 1% y el 3%
En lo que respecta al Reino Unido, en el mundo económico hay cierto consenso sobre la idea de que el Brexit perjudicará a la economía británica al lastrar la confianza, posponer las decisiones de inversión y generar una fuerte volatilidad financiera. A medio plazo, la volatilidad financiera podría tener consecuencias más graves para la economía real, a medida que el endurecimiento de las condiciones financieras y la caída de la confianza se trasladasen a la actividad y los agentes económicos afrontaran mayor incertidumbre.
Aunque las consecuencias a más largo plazo dependerán de los acuerdos posteriores y las posibles medidas compensatorias, Greendwood asegura que casi todos los analistas apuntan a un impacto a largo plazo de entre el 1% y el 3% del PIB. Fuera del ámbito económico, el autor asegura que el Brexit podría reducir la capacidad de las economías con mentalidad liberal de influir en la política de la UE y servir de ejemplo para otros países que decidan abandonar la UE.