Habemus Brexit. Contra todo pronóstico los británicos decidieron el jueves que Reino Unido pidiera formalmente salir de la Unión Europea, una decisión sin precedentes que provocó un auténtico shock en los mercados, sobre todo en el español: El Ibex se dejó nada menos que un 12,35%. Traducido a términos de capitalización, algo más de 55.000 millones de euros que se esfumaron del mercado en una sola jornada, el equivalente al 5% del PIB.
Los organismos económicos, servicios de estudios, asociaciones de empresas, partidos políticos, sindicatos y todos los agentes económicos en general se echaron a temblar al conocer la noticia y encendieron todas las alarmas. Para casi todos el brexit es una catástrofe y tendrá pésimas consecuencias para España, para el resto de los países y para toda Europa.
El propio Gobierno fue el primero en reaccionar lamentando la decisión del pueblo británico y pidiendo calma y serenidad para afrontar el nuevo periodo de incertidumbre abierto en Europa. El resto de partidos, los servicios de estudios de los bancos, los agentes sociales y los organismos económicos fueron sumándose a este mensaje y calificaron de "pésima" la decisión de Reino Unido.
Javier Díaz-Giménez (IESE) no está de acuerdo y no ve con malos ojos la decisión de Reino Unido
Pero no todo el mundo comparte esta teoría. En Vozpópuli hablamos el profesor de Economía del IESE Javier Díaz-Giménez, que aseguró que ve todo este asunto con "bastante poca preocupación". "Tampoco es tan malo. No es bueno tener a un socio dándote la matraca continuamente", sostiene, tras recordar que Reino Unido siempre ha sido un socio “bastante tibio” para la UE.
Díaz-Giménez explica que la decisión de los británicos es solo la consecuencia de un problema que tiene Europa, que ha sido totalmente incapaz de avanzar en la dirección correcta por el inmovilismo alemán y la burocracia de Francia. Reconoce que el resultado del referéndum provocará mucha volatilidad en el corto plazo, pero cree que las consecuencias no serán tan dramáticas a medio ni a largo plazo.
Los ingleses hoy son un poco más pobres y nosotros un poco más ricos
Considera que el turismo español se resentirá este verano y que España hará menos caja por la fuerte caída de la libra, pero recuerda que en Londres seguirá lloviendo tras el referéndum y en Benidorm haciendo sol, así que los británicos volverán antes o después. Y si no vuelven, otros acabarán llenando su hueco. Además, para ellos será más caro viajar este verano, pero para todos los europeos que quieran ir al Reino Unido será más barato. “Al final, los ingleses son hoy un poco más pobres y nosotros un poco más ricos”, sostiene.
Lo que sí cree Díaz-Giménez es que el referéndum no pasará desapercibido. A su parecer, o dinamiza o dinamita el proyecto europeo. "La diferencia está solo en una letra", explica, tras restar importancia de una manera que hasta sorprende a la posible fractura de la UE: "Si algo está podrido es mejor que desaparezca. Y si nos acabamos yendo todos, no pasa nada. El último que apague la luz".
Las empresas han perdido dinero hoy, pero lo pueden recuperar mañana
También resta importancia al efecto del brexit en las empresas españolas con presencia en la isla. Con la caída de la libra las bolsas han perdido dinero, pero puede que mañana lo recuperen si se produce un rebote. Y si prácticamente toda su actividad depende de la libra es que no han sido buenos estrategas porque la libra, como cualquier otra moneda, siempre va a estar expuesta a este tipo de situaciones.
El profesor del IESE ha puesto como ejemplo a Telefónica, que opera en Reino Unido también a través de su filial O2 y duda mucho de que la multinacional española no haya contemplado la posibilidad del Brexit en su estrategia y no haya desarrollado un plan B por si los británicos optaban por salir de la UE.
En cualquier caso, Díaz-Giménez tampoco descarta que el Brexit finalmente se quede en papel mojado. Reino Unido ha dicho que no quiere la Europa que conocemos hoy, pero igual sí quiere otra Europa mejor. “No se puede mover a Reino Unido, Alemania ni Francia de sitio, pero sí se pueden cambiar las reglas”, señala el profesor.