Los datos oficiales de empleo y paro de agosto indican que sigue aumentando el deterioro de la situación económica y que no se trata de una simple y moderada desaceleración. En todo caso, aunque las cifras empeoran, el calendario ha salvado a la estadística laboral de un mayor estrépito y a Pedro Sánchez de tener que lidiar un nuevo debate de investidura con un mercado boca abajo. Lo que es evidente es que desde abril, mes en que se celebraron las elecciones generales, las cifras de empleo y de la situación económica, sin noticias de la actividad política y reformadora, han iniciado un periodo de retrocesión que parece haberse acentuado en el inicio del segundo semestre. En todo caso, en agosto se aprecia un vuelco serio de las cifras del empleo y un alza del paro por el agujero negro en que ha entrado la contratación.
La novedad en este agosto de 2019 es que la estadística no recoge el último día del mes ya que el 31 de agosto cayó en sábado. Por tanto, no aparecen los despidos del último día oficial del mes, el que suele recoger las mayores cifras. En particular en la hostelería y comercio. Aparecerán en el primer día de septiembre, que podrán solaparse sólo en parte con las nuevas contrataciones que también suelen realizarse a principios de cada mes. Así, por ejemplo, el último día computado en 2018, el viernes 31 agosto, se dieron de baja a 363.017 afiliados a la Seguridad Social mientras que el 30 de agosto de 2019, pese al mayor deterioro, se registró sólo un tercio de esa cifra (120.360). Es decir, los datos de afiliados medios en el total del mes serían aún peores que los consignados oficialmente si se hubiera contemplado todo el mes completo. En todo caso, agosto de 2019 ha acabado con 212.984 afiliados menos que en el mismo mes de hace un año (202.996 menos). Es la mayor caída desde 2008 tanto en términos relativos (1,09%) como absolutos (esos casi 213.000 menos). Y lo que es peor, la Seguridad Social pierde el récord de afiliación de julio de 2007 (19.493.500) conseguido en junio de 2019 (19.517.697) y que ha aumentado levemente en julio (19.533.211) gracias al alza de la precariedad laboral y salarial. Ahora alcanza los 19.320.227, es decir, está a unos 175.000 por debajo de ese récord anterior a la crisis.
7.000 parados más este 30 de agosto
El sistema público ha perdido en agosto el empleo creado entre abril y julio y vuelve a destruir puestos. En términos anuales, la afiliación aguanta pero se observa un descenso vertiginoso. Ha crecido en 480.413 cotizantes (3,55%) en el último año, pero es inferior a los 529.979 puestos anuales creados en 2018 (2,89%) o los 609.849 en 2017. Desde 2014, en el inicio de la salida de la crisis económica, no se producía un número tan bajo. Todas las actividades relacionadas con el verano reducen el número de afiliados. Destaca, además, la pérdida de dinamismo de la construcción y de la industria manufacturera, la que se dedica a la exportación.
En términos desestacionalizados, que permite conocer la tendencia ya que se eliminan los efectos de la estacionalidad del mes, la afiliación crece sólo en 10.393 personas cuando hace un año superaba los 15.000.
Algo similar ha ocurrido con el paro. Si el 31 de agosto hubiera sido un día laborable, el aumento sería superior a los 54.371 registrados oficialmente (1,81%). Además, esta información no se corresponde con la media mensual, como se hace con la afiliación, sino que es diaria. Lo que significa que muchos despedidos el día 30 no se habían inscrito aún en las oficinas como demandantes de empleo y, por tanto, no constan en esta estadística. En todo caso, este 30 de agosto había 7.000 parados más en el mismo día de 2018 (47.047, un 1,50%). Excluyendo 2013, en que curiosamente el desempleo cayó en 31 personas, es el peor dato desde 2010. A nivel interanual, se percibe también que va a tardar mucho tiempo en perder la cifra actual de la barrera de los tres millones (3.065.804 en agosto) ya que el descenso anual es de 116.264 (3,65%) frente a los 200.256 (5,92%) en el mismo mes del año pasado. Desde 2013 no se registraba una reducción tan parca. En términos relativos se aprecia mejor la atenuación de la caída del paro en tasa anual ya que, si ahora baja un 3,65%, hace un mes era del 3,94%, del 4,63 en junio y, por ejemplo, del 5,31% en mayo pasado.
Lo más grave es, sin embargo, la tendencia, ya que en términos desestacionalizados el paro sube por tercer mes consecutivo. En agosto creció en 4.435 personas frente a, por ejemplo, las 2.915 del mes anterior. Hace un año bajaba a un ritmo de 2.819 personas.
Los contratos fijos no levantan cabeza
En cuanto a la contratación, hay varios récords negativos que acrecientan las alarmas sobre lo que puede pasar en los próximos meses. Además de aumentar la precariedad, en sólo un mes se han reducido en casi un tercio las contrataciones totales en un derrumbe inaudito, propio de las peores crisis. Se han registrado 659.605 contratos menos que en julio así como 82.573 menos que en el mismo mes del año anterior (-5,15%). El estrépito se percibe tanto en la contratación indefinida (8% del total) como en la temporal (92%).
Los contratos fijos no levantan cabeza y registran su séptima tasa mensual negativa consecutiva. No sucedía desde hace seis años en plena segunda recesión. Se realizaron 123.277 contratos, 62.436 menos (-34%) que en el mes anterior y 30.644 menos (-20%) que en agosto de 2018 cuando esta modalidad crecía a un ritmo del 33,4%. De estos 123.000 contratos sólo 73.546 fueron iniciales (60%) con una caída mensual del 34% y del 15% anual. El resto, son conversiones de eventuales, pero también bajan un 33% respecto al mes anterior y un 26% anual. Lo que confirma la parálisis del empleo también estable. Por si fuera poco, sólo el 60% son a jornada completa (75.553) con una caída del 19% respecto al mismo mes de 2018 (-17.410) mientras que el otro 40% de los contratos indefinidos son a tiempo parcial (47.724) con un descenso del 22% (-13.234).
En cuanto a los temporales, se registraron casi 1,4 millones de contrataciones, es decir, casi 600.000 menos que en julio pasado (-30%) y 52.000 menos que hace un año (-3,6%). Lo que indica que el empleo eventual empieza a volatilizarse también. A tiempo completo se formularon 915.551, un 27% menos que hace un mes (-338.269) y un 3,13% menos que en el mismo mes de 2018 (-29.535). A tiempo parcial se suscribieron 481.094 contratos eventuales con un descenso mensual del 35% (-258.900) y anual del 4,5% (-22.394).
Si se suman las contrataciones por horas indefinidas y temporales, salen 528.818. Lo que representa el 35% del total. De esta forma, esos 1,5 millones de contratos totales sólo sirvieron para dar empleo a 1,1 millones de personas. Y no consiguieron dejar en agosto un sólo afiliado medio nuevo a la Seguridad Social con otro repunte del paro.